La Fundación Anade nació hace casi diez años con el ánimo de
hacer del arte una herramienta de trabajo para la inserción
social y laboral de personas con discapacidad o enfermedad
mental. Numerosos proyectos de teatro, fotografía y
escritura han servido de base para que un grupo de jóvenes
de la asociación ceutí Acepas se animase a participar en su
III Concurso de Relato y, ya de paso, resultar ganadores del
primer premio ‘Funciona’ sobre nuevas tecnologías.
Cuatro personas integran el colectivo que ayer recibió, en
el Palacio Autonómico, de manos del presidente de Ceuta,
Juan Vivas, y del de Anade, José Colmenero, el citado
galardón. La particularidad del encuentro se debió a que la
entrega de premios ya se había celebrado el pasado día 26,
en Madrid. Sin embargo, uno de los integrantes de Acepas es
trasfronterizo y no podía realizar el viaje hasta la capital
del país. Anade se comprometió a dar de primera mano su
obsequio a los jóvenes. Y dicho y hecho.
Para Fernanda González-Conde, presidenta de Acepas, se trata
de una muestra “significativa” porque está compuesta por una
persona con implante coclear, dos con audífono y el joven
marroquí que no tiene ningún resto auditivo. “Para ellos ha
sido una gran sorpresa y, sobre todo, un incentivo para
seguir trabajando”, valora.
En 2007, se presentaron al certamen de relato más de 800
personas, entre españoles e iberoamericanos. Cifra que ha
ido en constante aumento ya que en 2006 fueron alrededor de
400 y en su primera edición 150, “y sólo españoles”, subraya
Colmenero.
El trabajo de la Fundación Anade arrancó en Madrid en 1988,
con ‘La Barranca’pero no fue hasta 1998 cuando se constituyó
la red de talleres de escuelas de teatro. Entre Castilla La
Mancha, Castilla León, Madrid y Galicia suman cerca de 100
alumnos de 18 a 60 años. El centro de Ciudad Real es el
único ente que se dedica de manera profesional a esta
actividad cultural con un centro especial de empleo. De
hecho, en 2007, realizarán 24 representaciones por todo el
país.
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La Ley de Signos, un plan “a largo plazo”
La futura Ley sobre Lengua de
Signos tiene, a juicio de la presidenta de Acepas, un doble
rasero. Hasta que no esté aprobada, indica, no se podrá
empezar a hablar de “progreso real” porque, en su opinión,
es una normativa que exigirá hasta su completa constitución
“al menos una década”.
Cuando se ponga en marcha, señala González- Conde, “ se
tardará bastante tiempo en aplicar porque es una ley
ambiciosa”.
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