Es una desvergüenza supina. Ahora
el Gobierno central, en manos del PSOE y desoyendo un
mandato del Senado con mayoría del PP por el que instaba a
la inclusión de Ceuta y Melilla en la Conferencia de
Educación con voz aunque sin voto, recuerda que el
Constitucional ya concluyó que la voluntad de las Cortes fue
la de no conceder a Ceuta ni a Melilla el rango de Comunidad
Autónoma, para excusar la no invitación a ambas ciudades,
dado que en la Conferencia sólo acuden los consejeros de
Educación de las regiones que cuentan con esta determinada
área transferida. Como si el PSOE no lo supiera, que es
parte de las Cortes. Somos lo que somos, un Ayuntamiento con
algo más de capacidad; la que nos han otorgado según el
gestor nacional que estuviera tras el gran despacho de la
Moncloa. Somos Ceuta, una Ciudad Autónoma que no confiere
cierta consideración, más de cara a la galería que otra
cosa, pero de una ambigüedad tal que sirve fundamentalmente
para permanecer subyugados a los criterios, algunos
bastardos, de quienes a veces les toca en ‘suerte’ gobernar
España.
Le toca sufrir a Ceuta el hecho de haber volcado su voto al
PP de Juan Vivas en lugar de al PSOE de Toñi Palomo. Las
cloacas monclovitas, sucedáneos ahora de las de Ferraz,
vomitan la venganza una vez tras otra. dejando claro que en
lo que se refiere al Estado, Ceuta pagará la ‘traición’ del
27 de mayo en las urnas. O al menos eso es lo que parece.
El magnífico Estatuto concedido en 1996. Esa parida gestada
en las Cortes tenía vida limitada. Algo más de diez años en
los que la realidad administrativa, la verdad del día a día
ha logrado superar –era lógico- al amplio periodo efectista
de fotos de alto nivel y de presencias protocolarias. Su
vida ya está cumplida y más que ayudar ahora, se soporta el
hedor propio de la putrefacción derivada de lo que ya es
cadáver. Seguiremos haciéndonos fotos institucionales con un
Rey al que el Gobierno no le deja venir, continuaremos
viendo cómo nuestro máximo representante acude a las
reuniones de las altas instancias del Estado para,
finalmente, estar en manos del MAP y de la Presidencia del
Gobierno estatal como simples monigotes a los que callar con
una invitación protocolaria.
Por otro lado, el área de Menores sufre la falta de liquidez
para atender las necesidades de éstos. Un serio ‘marrón’
que, eso sí, el Estado se lo ha quitado de encima y para,
‘putear’ lo suyo mantiene a la Ciudad sin los ingresos
derivados de los últimos encuentros con el todopoderoso MAP,
ese que dobla el espinazo más de la cuenta en Cataluña y en
el País Vasco y que se erecta maravillado con las demás
regiones. Pero son las consecuencias de nuestro Estatuto de
pacotilla.
Y deben ser PSOE y PP los que le hagan superar la mayoría de
edad, de nuevo en las Cortes, y empleando el medio de la
Transitoria V, que para eso se dejó escrita en la Carta
Magna. Sería de muy poca vergüenza y un atentado a la
integridad nacional, el que se pensase ya en reformar la
Constitución cuando aún, treinta años después, quedan cosas
por hacer… como el que Ceuta y Melilla alcancen el rango de
Comunidad Autónoma, después de que el PSOE, en la célebre
reunión de Torremolinos en 1978, dejaran a estos dos
territorios fuera de cualquier aspiración andaluza por
ocupar los consistorios ceutí y melillense personajes de la
extinta UCD… Diez años después llegaron las nacionalidades.
Esperaremos a ver lo que nos depara este renovado PSOE de
Zapatero que en pocos meses tendrá que examinarse en unas
Generales.
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