Francisco José Arcángel Ramos, más conocido como Arcángel,
llegaba ayer a Ceuta (pasadas las 13:00 horas) para ser la
estrella del cartel del XXXVI Festival Flamenco de la Ciudad
Autónoma. Poco tiempo pudo quedarse en el norte de África
este onubense de 30 años que con su voz ha ‘encandilao’ a
media España. Hoy coge ‘carretera y manta’ camino de la fría
Rusia donde participará en un mundialito de fútbol (su otra
pasión) a beneficio de enfermos terminales y oncológicos.
Todo un figura.
En la recepción del Parador la Muralla atiende amablemente
mis preguntas incluso después de haber estado a punto de
quedarse sin habitación debido a un error en las reservas.
Pregunta: Hace seis años de la publicación de tu primer
disco, ‘El aire de lo puro’ (2001). En aquel momento se
crearon muchas expectativas, ¿en qué medida se han ido
cumpliendo?
Respuesta: La verdad es que yo estoy muy contento con lo que
hemos conseguido en estos seis años y sobre todo porque
estamos intentando buscarnos un sitio dentro del flamenco,
algo que no es fácil. Por lo demás no me gusta mucho hacer
balance, intento disfrutar cada momento y avanzar día a día.
P: Comentas que quieres hacerte un hueco. Yo diría que ya
has conseguido llegar a la primera fila del flamenco
nacional.
R: No soy el más indicado para decir si estoy o no, ni cómo
se llega. La verdad es que no me gusta hablar de mi mismo
sino intentar disfrutar de lo que hago a cada momento.
P: Recibes el gran aplauso de la crítica en la X Bienal de
Flamenco de Sevilla, posiblemente en un punto de inflexión
en tu carrera musical. Tras esto qué prefieres ¿el directo o
el estudio?
R:Yo creo que cada cosa tiene algo bueno y malo. El directo
provoca un enganche a los que nos subimos al escenario.
Enfrentarte a ti mismo con el público, para mi la dificultad
no la ponen ellos, es por una pelea interior contigo mismo y
como ésta afecta a los que te están escuchando. Eso para mi
es lo más preciado. Y luego el estudio es diferente, busca
una perfección de la música.
P: Hace unos cuatro años te vi compartir escenario con
Antonio Orozco y tuve la impresión de que tu voz ‘intimidó’
a Orozco ¿qué se siente al notar el respeto de los grandes
de la música?
R: Son anécdotas que pasan, pero yo creo que él transmitió
que una historia en la que había creído, y que no sabíamos
como funcionaría, de forma sorprendente atraía al público.
Entonces imagino que él embargado por la emoción del momento
y por el triunfo de su apuesta personal reaccionó de esa
forma.
P: Cambiando de tema. ¿En el flamenco es posible aunar la
comercialidad y la calidad?
R: Claro que si. Las cosas cuando se hacen con claridad,
bien y en definitiva hablan el lenguaje musical que hoy en
día se va llevando y trayendo en todos sitios porqué no va a
poder ser comercial y bueno.
P: Y de la colaboración con otros grupos, otras músicas
parece que obliga a justificarse.
R: Tampoco soy yo mucho de colaboraciones porque hago cosas
contadas pero también es bonito que otros den pinceladas, ya
sea porque te apetece o porque te sientes agusto con la
historia.
P: Remontándonos a tus principios encontramos las raíces de
tu Huelva ¿se pueden definir los fandangos como tu seña de
identidad?
R: Serán mis señas porque son mi ciudad. Es el cante que
llevo conociendo más tiempo, con los otros me he tomado un
café dos o tres veces nada más, pero con los fandangos he
estado muchos años. Es una seña porque yo lo hago mio en
representación de mi tierra y de mi gente.
P: ¿Piensas que en el flamenco se está volviendo al cante
melódico y dulce de otros tiempos?
R: Esa corriente estaba un poco olvidad y ahora se está
reavivando cosa que me parece totalmente satisfactoria para
el flamenco porque a veces hemos sido demasiado pragmáticos
y sectarios. Yo creo que esto no es un enfrentamiento a dos
bandas, la música es muy amplia y hay que saber disfrutar de
cada uno en cada momento y no ser intransigente. Hay dos
tipo de flamenco con sus cosas malas y sus cosas buenas.
P: Y tú donde te quedas, ¿en la escuela tradicional o en los
nuevos ‘cantaores’?
R: Yo en los dos. A mi me gusta la tradición y me gustan las
cosas nuevas que se hacen. No tengo porque renunciar a
ninguna.
P: El flamenco también interesa en el extranjero. Tú has
estado por Estados Unidos. ¿Cómo crees que lo acepta este
público? ¿Existe una barrera lingüística?
R: El flamenco en general muy bien, el cante un poquito
menos. Pero yo no me termino de creer que el idioma sea una
barrera. En España escuchamos a los Rolling Stones y la
mayoría no sabe inglés. Lo que pasa es que el flamenco
requiere una profundidad extrema y un conocimiento y
preparación, haber escuhado algo previamente y entender las
connotaciones históricas. También hemos proyectado la imagen
del paquete económico, juntar en una sola sesión a
cantaores, bailaores, guitarristas y percusionistas. Cada
rama en solitario tiene sus seguidores y su forma.
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