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OPINIÓN - SÁBADO, 30 DE MAYO DE 2007

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Cirugía estética
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Hace años esto se veía como una cosa reservada, tan sólo, a los personajes que famosos y no contentos con su aspecto trataban de ser ellos mismos, pero con otras facciones.

Era el gasto, de los que pueden para ser más bellos, especialmente en las mujeres. Para quitar una nariz picuda y aparecer con otra mas respingona. Era la forma, hoy también lo es, de cambiar sus características físicas, naturales, por otras “postizas” pero mejor diseñadas.

Hoy la cirugía estética se va poniendo de moda, yo diría que es la moda actual, no sólo para ricos, faltaría más, sino para todos aquellos que , no contentos con sus aspectos faciales, especialmente, tratan de presentarse con otra forma más moderna, más estilizada y más a tono con lo que se pretende llevar hoy.

Hasta hace poco tiempo, pensábamos que la moda estaba en la forma de vestir, de calzar o incluso de usar tal o cual peinado. Hoy la moda está, también, en las forma o las silueta de su físico, lo que hace que en estos momentos el asunto de las hipotecas ya no se quede únicamente en la compra de un piso, mejor situado o con más cuartos de baño. La hipoteca ha caído incluso en los gastos que se hacen para mejorar el cuerpo, y no porque el cuerpo esté enfermo, sino porque no tiene la forma que llama la atención en la televisión.

Y al hablar de hipoteca, más bien de préstamo o crédito, no estamos hablando de una cantidad irrisoria de doscientos, de trescientos o de veinticinco mil euros.

La “operación reciclaje” para dejar una faz hermosa o un cuerpo más estilizado, puede partir del millón de pesetas, y de ahí en adelante lo que se quiera.

Claro que, como en todo, los precios van variando hasta cifras muy elevadas, empezando por ese “milloncejo” que comprendería un régimen de comida, programada, ciertos masajes y..., poquito más durante una temporada, para luego seguir, a otro precio naturalmente, con ligeras intervenciones, pero sin entrar en muchos “dibujos” en lo que a cuestiones médicas se refiere.

En los hombres, de momento, no ha calado demasiado esto, pero las damas, todas quieren parecerse a Isabel Preisler, de la que dicen que está más joven y más guapa que sus hijas. Esta sería el modelo más a seguir, así como a ex spice girl, hoy dama de Beckham, esa que a su llegada a España algún periodista, pero sólo él, la oyó decir que este país olía a ajo.

Y nada malo sería que lo dijera si un día se diera una vueltecita por Las Pedroñeras o por el mercado de Ávila, en ciertas épocas del año. Lo malo para las damas de La Pedroñeras o del mercado abulense está en que con los ajos solos no se puede presentar el aspecto de Victoria.

Hoy por hoy, en todas las facetas de la vida, tiene mucho tirón la publicidad, de cualquier producto que sea y aquello que aparece en la pantalla o en “los papeles”, es lo bueno que hay que seguir. Primero se mira el producto, luego los efectos, si los tiene, y por último el precio.

De hacer el recorrido al revés la situación llevaría a vender menos, a consumir menos y a fijarse si, de verdad, era efectivo. Siguiendo el camino que hemos marcado, se ve, se adquiere, se paga y luego Dios dirá.

Pero lo que no deja de ser sorprendente, propio sólo del consumir por consumir, es enfrascarse en una deuda, a veces millonaria para pasar de ser Ramona a Isabelita, de tener el tipo y el diseño de Petra a ser únicamente Victoria Beckham.

La población va creciendo, las normas van cambiando, los gustos se deterioran, la naturaleza igual que la ley cambia también y la forma d abordar los problemas que aparecen es a costa de dejar de ser tú misma, para seguir siendo tú a secas, eso sí, con menos kilos y con otra nariz “ a la moda”.

Manda narices, que ahora veamos en esta parte de la faz femenina uno de los elementos de la moda.

Estoy convencido de que si en estos momentos volviera a aparecer Cervantes con su Don Quijote, la propia Dulcinea habría cambiado de aspecto y no digamos Maritormes.
 

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