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Cientos de familias ceutíes han
iniciado este fin de semana sus vacaciones de verano, un
periodo para el descanso que, por diferentes motivos, se
cobra también muchos cientos de vida cada año. Según los
datos que oficialmente facilita el Gobierno en septiembre,
ninguna temporada estival ha concluido con menos de millar
de muertos en la carretera en España en lo que va de siglo.
De acuerdo con los estudios de entidades especializadas, el
95% de los accidentes de tráfico están asociados a fallos
humanos. En España, la velocidad y las distracciones son
nuestros principales ‘pecados’ al volante: según un estudio
del Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Viaria de
la Universidad de Valencia (INTRAS) el 87,8% de los
españoles confiesan no hacer caso a los límites de velocidad
en la autopista, mientras que el 85,8% asegura que en
ocasiones viaja a una velocidad superior al límite legal sin
darse cuenta. Además, un porcentaje similar (86,7%) reconoce
que muchas veces comete errores por no leer la señalización.
El carné por puntos, que comenzó a funcionar hace
exactamente un año, ha logrado rebajar aproximadamente un
20% el número de fallecimientos en las carreteras españolas.
Su introducción fue una de las principales apuestas del
Ministerio del Interior para reducir la cifra de 5.400
muertos anuales en las carreteras españolas. Aún habiendo
sido moderadamente útil para este fin, la siniestralidad
leve sigue subiendo, y muy especialmente en Ceuta, donde
todos los trayectos son cortos y la atención del piloto,
como demuestran los estudios, se relaja y lo acerca al
peligro. Todos los que vayan a utilizar el coche este
verano, sea larga o corta la distancia que deben recorrer
para llegar a sus lugares de vacaciones, deben ser
conscientes de la responsabilidad que llevarán entre sus
manos. Una serie de precauciones previas obvias y
disposición a soportar con paciencia los kilómetros y los
atascos deben incorporarse a cualquier maletero para que el
descanso sea realmente feliz y todos los que se vayan
vuelvan a sus casas.
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OPINIÓN / EDITORIAL
