“Romper con el silencio y la vergüenza” de las víctimas de
la violencia doméstica. Este es el objetivo que se marcan
los profesionales sanitarios en Ceuta mediante la
implantación de un nuevo protocolo donde la prevención es la
máxima. Tienen un trato cotidiano con los ciudadanos que se
convierten en pacientes una vez que llegan a sus manos. A
partir de ahí, cualquier anomalía que los profesionales
detecten, se tratarán según establece el protocolo que
supone una “evolución”, una “síntesis de los anteriores”
porque esta iniciativa “no parte de cero”.
El coordinador de Equipos de Atención Primaria, José
Maldonado, explica que el protocolo de actuación ante
posibles casos de violencia doméstica establece un amplio
abanico de medidas desde un simple asesoramiento hasta la
declaración de partes judiciales. La respuesta siempre será
individualizada. “Da unas pautas a los profesionales para
ver cómo reaccionar en las múltiples situaciones que se
puedan dar porque cada mujer tiene derecho a opinar sobre
cuál es la mejor actuación en su caso concreto, lo que
pretendemos es romper el silencio, la vergüenza por parte de
los pacientes y por parte de los profesionales, el pudor a
preguntar y que sea tratado como un tema de salud, que es lo
que es, y darle en cada fase una respuesta adecuada”,
asegura.
Superar la desigualdad
El delegado del Gobierno, Jenaro García-Arreciado, acudió a
la presentación del Protocolo en el centro de Recinto junto
al director territorial del Ingesa, Jesús Lopera. El
representante estatal destacó el esfuerzo del Gobierno
central enfocado a “poner coto” a esta problemática con la
aprobación de 20 medidas de urgencia, entre ellas, la
elaboración de un protocolo sanitario homogéneo para
detectar precozmente los casos de violencia doméstica.
Arreciado realizó un breve análisis por los roles que la
mujer y el hombre han desempeñado desde el siglo XIX y como
por tradición se han acallado ciertas conductas que hoy en
día, la Administración pretende corregir e incluso
penalizar. “El principal factor de riesgo”, expuso el
delegado del Gobierno, “es el hecho de ser mujer”. Y en el
ciclo teorizado de la violencia la fase de la reconciliación
es la “más peligrosa” para la víctima por abrir y cerrar
simultánea mente el círculo del maltrato.
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