La utilización de Ceuta, como punto estratégico en el que se
movieron algunos de las figuras en la sombra de los
atentados del 11-M y aún sin detener, es una evidencia.
No sólo se logró la detención en nuestra ciudad de uno de
los autores y la interceptación de un vehículo que había
trasladado los explosivos, sino que a lo largo y ancho de lo
escrito en el sumario, las referencias a Ceuta, bien como
lugar de paso, de llegada o de salida de los que están
encausados, son numerosas.
La conexión con el mundo del narcotráfico como fuente de
financiación de ciertas operaciones hacia el 11-M sigue
siendo una de las hipótesis aún válidas que no descartan el
hecho de que, de algún modo, un importante monto económico,
saliera con destino a ‘sufragar’ ciertos gastos y cuyo
dinero no procediera de actividades consideradas como
ilícitas. Eso nos lleva a lo reflejado en el sumario del
proceso sobre el 11-M respecto de los 16.500 euros hallados
entre los escombros del piso de Leganés donde se inmolaron
varios islamistas vinculados con los atentados de Atocha.
CNI
Fuentes del Centro Nacional de Inteligencia, citadas por ‘El
Mundo’, están convencidas de que ese dinero salió de una
cuenta corriente de un depósito bancario radicado en España
y que sirvió para financiar el atentado o para pagar a los
islamistas. Durante el juicio sólo se ha hecho mención a
este asunto tras una pregunta sobre si se había encontrado
dinero en el piso de Leganés. La respuesta del agente de la
Policía Científica fue afirmativa: "Sí, y se entregó a la
UCIE, pero no se hizo ninguna inspección dactilográfica".
En el sumario del 11-M figura un informe de la UCIE [Unidad
Central de Información Exterior dependiente de la Comisaría
General de Información] elaborado y enviado al Juzgado
Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional
donde se informa de la localización de los billetes y se
solicita el estudio de los billetes. Días después, el 22 de
abril de 2004. El CNI continuó con sus pesquisas y, fuentes
citadas por ‘El Mundo’, apuntan que los billetes de 500
euros llegaron hasta las ciudades autónomas de Ceuta y
Melilla, donde tampoco se logró aclarar el origen.
En cualquier caso, pese a que el proceso que se sigue por
los atentados del 11 de marzo en Marzo se encuentre en su
recta final, la Policía y el Centro Nacional de Inteligencia
no le pierden la cara a uno de los conductos [Ceuta y
Melilla] -se ha constatado con actuaciones recientes- que se
erije, por su situación geográfica en un centro donde
confluyen personajes que aprovechan la variedad racial para
pasar desapercibidos.
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