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OPINIÓN - MARTES, 26 DE JUNIO DE 2007

 

OPINIÓN / SNIPER

¿”Slama”, Driss Jettou?
 


José Luis Navazo
jlnavazo@telefonica.net
 

Mientras desde París se planifica la visita del premier francés Nicolas Sarkozy al Maghreb, en la que rompiendo el ritual de la tradición -Chirac pondrá el grito en el cielo de los Campos Elíseos- podría visitar Argelia antes que Marruecos en una decisión simbólica pero de equívoca interpretación, en Rabat la clase política va rematando sus funciones a fin de cerrar el Parlamento el 20 de julio, dejando los asientos limpios y pulidos para los nuevos inquilinos que salgan de las urnas el próximo 7 de septiembre. Inch´Alá, por supuesto.

En el fiel de la balanza del nuevo gobierno la figura del Primer ministro que, como es preceptivo, será elegido directa y discrecionalmente por el Rey, Mohamed VI. Pero, ¿qué piensa el joven Soberano de 44 años?. Se abren dos posibilidades: la primera -y recogiendo las palabras que dejó caer el propio Monarca- sería escoger al Primer ministro entre los líderes de las formaciones políticas que conformen el nuevo equipo gubernamental, aspecto que comentaré más adelante; la segunda -y siguiendo el clásico consejo del magrebí San Agustín: “en tiempos de crisis no hacer mudanza”- sería apostar por la continuidad, manteniendo a Driss Jettou en su puesto, decisión que a mi juicio no debería descartarse. ¿Inconvenientes?. Solo uno: vincularía referencialmente al nuevo Gobierno al pasado, infundiendo un halo de continuidad… pero las ventajas y garantías para el Makhzen -vamos a escribirlo así- son enormes, ante un ciclo político decisivo para la evolución y definitivo anclaje del país pero, que parece presagiar la formación de oscuros nubarrones de incertidumbre.

Ahora bien, ¿cuáles serían las fuerzas políticas nacidas de las urnas?. A mi entender cuatro, que romperían el actual “tripartito de poder” presente en la Cámara de Representantes: Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) 50 asientos, nacionalistas del Istiqlal (Partido de la Independencia) 48 y los islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), 42. En una primera aproximación, las elecciones de septiembre podrían arrumbar, por orden, el siguiente cuadro: Istiqlal, PJD, USFP (que bajaría a un tercer puesto o pudiera incluso que cuatro) y el nuevo socio, el partido de cuadros (y cierta impronta beréber) del RNI (Concentración Nacional de Independientes). Adelantaría otro análisis: la fuerte subida de los islamistas parlamentarios del PJD, pero sin llegar a alcanzar el “tsunami político” con el que se especulaba. ¿Las razones?: varias y de signo diferente, pero centrémonos en lo que nos ocupa: ¿podría ser elegido el Primer ministro de entre las cabezas pensantes del arco político presentado?. Veamos. Yo descartaría -están políticamente amortizados- tanto a Abbas El Fassi (Istiqlal) como a Mohamed Elyazgui (USFP), e intuyo harto problemática la nominación del discreto Saad El Othmani (PJD). Tampoco veo a la cabeza del gobierno a ningún representante del RNI, pese a la valía de Mansouri y Ouchaka. Me inclinaría por Toufiq Hjira, un istiqlalí que ya ha demostrado su valía al frente del ministerio de Hábitat y Urbanismo, sin desdeñar la posibilidad (en contra, el significativo descenso de su partido) del socialista Fathallah Oulalou, ministro de Economía. Ambos, como Jettou, de marcado carácter tecnócrata y con probada fidelidad al Rey y Comendador de los Creyentes.
 

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