Antonio Escamilla continúa esperando la conversación con el
presidente de la Federación de Fútbol que aclare y solucione
definitivamente el caso de su “cese ilegal” por parte del
Comité de Árbitros de Ceuta.
El que fuese vocal durante doce años de este mismo Comité
reconoce que se había planteado la posibilidad de dejar su
cargo a disposición del presidente el 30 de junio “aunque
con matices”. Y es que uno de los frentes abierto, según
afirma Escamilla, que tienen los árbitros de fútbol-sala, es
el hecho de que este deporte siempre ha ido ligado al
fútbol, idea que rechazan.
“Es cierto que me había planteado el dejar mi puesto como
vocal del Comité de Árbitros en manos del presidente de
dicho Comité, aunque siempre con matices. Uno de los
principales motivos de mi posible renuncia tras doce años en
el cargo era el hecho de que el fútbol y el fútbol-sala no
pueden ir juntos de la mano tal y como quiero Antonio Soto.
Es más, los árbitros de fútbol-sala no van a pasar por ahí y
no van a aceptar esta situación, incluso los colegiados que
dirigen partidos nacionales”, declaró.
Otros de los puntos importantes en la problemática del cese
de Escamilla parece estar aclarado incluso antes de su
reunión con Emilio Cózar. Soto ofreció a este continuar
dentro del Comité como profesor, pero Escamilla no reconoce
que no aceptará la propuesta.
“Si no hay nadie de fútbol-sala dirigiendo el fútbol-sala no
pienso seguir dentro del Comité, puesto que no es lógico que
este deporte vaya a dirigirlo alguien que no ha estado
ligado a él”.
Aurelio Moya Luque ha sido el hombre designado por Antonio
Soto para sustituir a Escamilla en su cargo. Ha sido jugador
de fútbol en Liga Nacional y Tercera División; durante siete
temporadas fue delegado del Puerto, el Ceutí y el Ángulo,
todos ellos equipos de fútbol-sala, y desde hace un año ha
dirigido partidos de fútbol y de fútbol-7.
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