La mágica noche de San Juan fue vivida el pasado sábado con
una gran intensidad por la mayoría de los ceutíes, quienes
tuvieron la oportunidad de ver las diferentes hogueras que
estuvieron repartidas por las playas de la ciudad y se
congregaron para disfrutar de la noche, así como de los
fuegos artificiales. Algunos ciudadanos incluso se
atrevieron a bañarse para cumplir con la tradición.
Para la celebración de la fiesta, Festejos acondicionó la
playa del Chorrillo donde se procedió a la quema del
tradicional ‘Juanillo’ a las 00:00 horas. Entre vítores y
aplausos de miles de ceutíes, el ‘Juanillo’ ardió durante
varios minutos para después continuar con la tradición.
Por todos es conocida la magia y el misticismo que encierra
la festividad y, como ya se hacía presagiar, la madrugada
del sábado fue una noche especial llena de magia, de lo
antiguo, de la fuerza de los elementos y de la sabiduría de
los rituales que han conducido a la humanidad, siglo tras
siglo, a reconocer la importancia del fuego purificador como
parte esencial de las culturas. Es en esta noche, que
coincide con el solsticio de verano, es cuando se rinde un
homenaje al astro que da luz y calor en su día de mayor
intensidad, y se encienden hogueras para pedirle que no
pierda su fuerza.
Puede decirse que todo comenzó hace cerca de cinco mil años,
cuando nuestros antepasados, tan amigos de observar las
estrellas, se dieron cuenta de que en determinada época del
año el Sol se mueve desde una posición perpendicular sobre
el Trópico de Capricornio, hasta una posición perpendicular
sobre el Trópico de Cáncer. A estos días extremos en la
posición del Sol se les llamó solsticios de invierno y de
verano, que ocurren los días 21 de diciembre y 21 de junio.
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