Los que se fueron no publicitaron
su “después”. Los que llegan y siguen viniendo de vuelta de
la esquina doblada, tampoco lo hacen con su “antes”.
En esta democracia local la luz es tan cegadora que para qué
van a cambiar de empresa si les va bien.
De ahí, seguramente, el éxito de los del símbolo del Hacho.
Irradian con tantos neones que las neuronas de la gente
sencilla no es capaz de discernir entre las oscuridades, las
sombras, y las luces claras.
Luces y sombras son como un mismo alumbrado de Feria de
agosto en nuestra “reserva”.
Los árboles permiten a Tarzán-2 desplazarse con sus lianas
aunque lo haga con máxima atención por si alguna mosca tse-tsé
le pica y le duermen también como me ocurrió a mí años
atrás.
Ocurre que los que caminamos por los senderos como el
Neardental, el bosque no nos deja ver las ruinas de los
servidores públicos, a su término de la jornada.
Son una especie protegida, pese a que no exista temor a una
cercana extinción, a la que parece que puso canción Julio
con aquella bonita letra de: “La vida sigue igual”.
De hacer cola de paro, y sellito estúpido, eso para los
“perros con pulgas”.
Es una pena no poder conocer sus estados de penurias; de esa
forma a lo mejor llegábamos a realizar un esfuerzo de
comprensión como muestra de gratitud.
Afortunadamente, podemos tener cierta conciencia sobre el
sacrificio porque somos muy intuitivos.
¡Fuimos tan críticos con el Franquismo!
Somos condescendientes con los demócratas locales.
Aquí nadie rinde nada. Todo parece controlado y bien
controlado. Para rendiciones con la de Breda, suficiente.
Para taquígrafo, Velázquez.
Quienes hablaron en su día, callan ahora en la noche; y en
Ceuta hay más escritores juntos que en cualquier otro parque
del planeta natura.
Todo el mundo tiene “tema” para escribir un libro.
Ceuta podría ser la capital universal, el parque más
temático de cuantos existen en lo referente a: periodistas,
escultores, y escritores al estilo
Emilio Romero o García Márquez.
Con permiso y sin olvidar, claro está, a nuestras odiosas
palomas.
Serán el símbolo de la vecina población marroquí de Tetuán,
pero en la nuestra son la personificación en esencia y
presencia de la paz entre culturas y gente con pedigrí y los
“monos guapos”.
Ya no sé a qué “arma” recurrir para su “alejamiento”, que no
extinción: bolsas de plásticos en las ventanas, discos
compactos colgantes, etcétera. En secreto íntimo guardo las
de destrucción masiva. El día que con el calor pierda
también los nervios, que es de lo poco que me queda, veremos
lo que pueda pasar.
Podrían los socialistas ceutíes volver a hacer “plus”
ayudando a volar a unas cuantas aves más.
Pero que “vuelen” más allá del caladero. Los “vuelos”
podrían ser transmitidos en directo por la caja “lista”.
En la transmisión podríamos llegar a contemplar la
“colocación” en plano corto de tanto actor secundario sin
papel principal como protagonista de una oficina de
desempleo; cara a los que no tenemos a quién acudir para que
nos echen una mano, dos, o tres.
Un pulpo, para la ocasión del trabajo fijo y estable.
Para tal “bienestar social” no hay ideologías. Hay lo que
existe. Lo que un “perro con pulgas” no tiene.
En su día hice turno colado de lavadoras en las colas de los
desamparados y condenados a marchar de Ceuta, pero tal
ejercicio me sirvió tan sólo a los efectos de ir conociendo
que éste se colocaba aquí, y este otro allí, mientras uno
esperaba desesperando.
Mandé literalmente a la mierda el ir a poner sellitos cada
cierto tiempo en la cartilla de la esperanza trucada por el
gran arte de los magos.
Eso sí me abrieron los ojos cerrados por las telarañas de
tanto dormir.
Los periodistas- independientes- vagos es lo que tenemos; de
las pocas cosas que nos dejan: disfrutar de la cama las
horas 24.
Ahora que caigo, me podría dedicar a hacer anuncios de
colchones como el desaparecido y querido Pepe Rey.
Todo no va a ser depresión y ansiedad.
Llegué a comprender, menos mal que ese sentido atrofiado por
el óxido se me espabiló un poco, que la oficina de parados
aparte de dar “movimiento” a algunos, cumple
extraordinariamente con otra labor social no menos
gratificante por interesante.
Mientras la “bolsa” de parados se pasan los tiempos de los
siglos aguardando el maná del cielo, o de donde sea, estás
en esa oficina y aledaños, un tanto “recogido”.
Hasta haces amistades.
Es que te llega un olorcito a churros que le entran a uno
ganas de pedírselos con café calentito de por las mañanas.
Que es lo que terminas haciendo, tras encontrar a algún buen
samaritano que te invite, a cambio de ofrecer conversación
amena.
En nuestra “reserva” son muchos los que sacan a pasear a sus
bonitos chuchos. Este “perro con pulgas” saca a pasear a su
lengua en busca de alguna “recompensa” de los humanos.
Es más, servimos también para que, al tiempo, los “elegidos”
por las manos que dan suerte casi siempre a unos ejemplares
muy significados de la selva, se vayan “ocupando”, sin
ningún rubor.
Estando precisamente una mañana de especial aburrimiento;
los días para los parados tienen 24 horas, me llegó el
chisme (¿qué otro tipo de noticias nos pueden llegar a los
periodistas “quietos”? ) que uno del gremio había insultado
en público a un determinado personaje.
Enseguida pensé, aunque no cobrara por ello, que ese
periodista, sin serlo académicamente, me iba a acompañar,
sin tardar mucho, en la oficina para los que estamos
anímicamente más “descolocados” que los monos de San Amaro;
el tiempo que pasaron los pobres alojados en una nave del
puerto, hasta el fin de las obras de adecentamiento del
parque de la ciudad.
Eso fue antes de que Ceuta se convirtiera en su totalidad en
un magnífico territorio no de puerto franco, sino salvaje
educadamente correcto.
Bueno y malo, este humilde servidor, fue en Ceuta un
periodista independiente y crítico. Nunca insultó ni
descalificó a nadie en público de forma personal.
Sean proferidos esos improperios hacía una máxima autoridad
local, o hacía la señora amable y cariñosa del mercado de
abastos, que me vende flores para mis queridos padres.
Se es generoso, contemplativo, comprensivo, con personas que
han demostrado de forma notoria su actitud y comportamiento
biológico, y se es parco para quien, como este “mono guapo”,
lo único que ha sido es ser un combatiente de una democracia
local que “hundieron” con mi “barco de papel” en la
Transición, para dar inicio a una “mejor” vida política.
Todo un contraste. La derecha ceutí bien que se aprovechó
del “rey león” de la tele y de la salud, en su “desquicio”
personal por “atacar” al GIL. Les vino bien su “tránsito
mental” mientras duró. Al final, el “rey león” se marchó de
Ceuta como un “perro con pulgas” rebajando penosamente su
alta condición y clase de la que gozó para su suerte en
nuestra “reserva”.
El único que fue en aquél entonces para llamar a su madre
para que recogiera de la jungla a su hijo “herido” de
necesidad, fue quien esto escribe; este dominguero al que no
gusta en absoluto que se haga con los ejemplares dominantes
de su reserva lo mismo que con un pañuelo con mocos. Es
decir, usarlos y tirarlos después.
¡Fuimos tan críticos con el Franquismo¡.
Con esta democracia parece que casi todo vale. Pero no es
así, ni mucho menos. Lo contemplativo para los lamas
tibetanos.
Es como esa manía de meter en el mismo saco de las
importancias a la cultura hebrea con la cristiana o
musulmana.
Aparte de los hindúes, habrá que ir pensando en dar y
ofrecer rango a los chinos. Población que toma cuerpo con
fuerza en nuestra tierra. Para algo son los nuevos invasores
comerciales.
Que tengamos en cuenta y respetemos a todas y cada una de
las culturas existentes en la ciudad, no quiere decir, como
digo, que sean equiparables las dos claramente mayoritarias,
con el resto en su peso social en nuestra tierra.
Por cierto, ¿para cuándo la presencia del idioma árabe en la
televisión local desarrollada hasta en el sistema TDT?.
¡Fuimos tan críticos con el Franquismo¡.
En esta democracia, la “critica” era verde y se la comió el
burro.
Me llené de satisfacción cuando observé la orientación de la
escultura del último alcalde republicano de Ceuta.
Su escultura fue colocada prácticamente frente por frente a
la puerta de entrada de ese aborto de edificio rejuntado con
la magnífica construcción del Ayuntamiento viejo, de toda la
vida.
La primera colocación de la escultura me pareció genial, de
veras.
Su ubicación permitía que el alcalde de los humildes mirara
casi literalmente, cara a cara, a nuestros políticos a la
entrada y salida del Ayuntamiento, en vías de desarrollo.
Mi ilusión duró la noche de la inauguración y poco más.
Alguien debió caer también en mi misma observación, y mi
gozo en un pozo.
Algún malvado de esos que abundan en cantidad superior al
número de las palomas, que ya es decir, reorientó su primera
y acertada colocación y la escultura de cuerpo entero paso a
mirar hacia su propia calle equivocada en dirección también
a su nicho del cementerio de Santa Catalina, el 45.
Pero, ¿por qué?
Los ceutíes no estamos necesitados de golpes de efectos
estéticos sino de honestidad, de honradez, de decencia, en
la gestión de la “rex pública”.
De ahí la perentoria necesidad de “conciencias”.
De aquí que con tan desafortunada medida de reorientación,
nuestros políticos puedan seguir entrando y saliendo en la
tranquilidad de que nadie les pueda “recordar” ya que están
donde están para servir al pueblo; no para servirse de él.
Políticos como servidores públicos; no vividores de la
política.
De la misma manera y forma que cuando en el año 84, Carmen
Castreño, dio nombre equivocado pero acertada, es de
imaginar, en su espíritu-político de parecerse en “algo” al
personaje elegido para firmar la Gran Vía de Ceuta.
Justificación y pretexto para ella y para los que la
siguieron en el ejemplo histórico que buscaron, pero al que
no imitaron, ni de lejos.
Era una noche de septiembre del 2006. En la primera semana
del mes, Juan Vivas, inaugura la escultura de cuerpo entero
de Antonio López Sánchez-Prado. Un alcalde de derechas
“saluda” de esta peculiar guisa a un alcalde de izquierdas.
Pero, ¿qué es lo que pretendió con ello? ¿Acaso rentabilidad
política? ¿Le hacía falta?¿Su gestión es referencial con la
del personaje homenajeado?
Era una noche de septiembre del 2006. No era una noche
cualquiera. Era la primera del mes.
Las casualidades no existirán pero en ese mismo día se
produce en Madrid una muerte. No se trató de una muerte más.
Fallece, curiosamente ese mismo día, un hijo de Antonio
López Sánchez-Prado.
El mismo que el “socialisto” paseó por Ceuta, calle Real
arriba, calle Real abajo, como uno de los dos reclamos de su
lista electoral municipal en las elecciones del 91. El otro,
era el “recomendado”.
Señalaré también que a este hijo fallecido del alcalde
republicano le “vendieron la burra” de que iban a colocar a
un hijo suyo en el Ayuntamiento de Ceuta.
Hay un dato más que comento también. Si en lugar de
inaugurar la escultura de cuerpo entero el día 1 de
septiembre, se hubiera hecho el 5, se habría producido la
coincidencia de la fecha de su fusilamiento, en sus 70 años.
El último alcalde republicano de Ceuta, Antonio López
Sánchez-Prado, fue fusilado en El Tarajal un 5 de septiembre
del 36.
Hay muchas maneras de ser elegido. Con información, o con
información discutible por relativa.
Hasta que la información no deje de estar hipotecada,
politizada, condicionada; no sea “recibida-enviada” con
transparencia, sin interesados y velados filtros, a sus
legítimos destinatarios, es decir, a la opinión pública
ceutí…
Y es que parece trabajoso comprender que los políticos en el
ejercicio de su función no cuentan con presupuesto propio.
El dinero no es de los políticos: es del pueblo.
El mismo que demanda y exige que el mismo se use y destine a
los medios de comunicación para informar.
Lo contrario raya en la malversación de fondos.
Los medios de comunicación en su relación con los
organismos, en base a su condición de utilidad pública, no
se deben en su trabajo informativo tanto a los políticos
como al dinero público que puedan recibir por entrada, vía
publicidad institucional, vía subvención, para decirle al
pueblo llano, los legítimos “dueños”, cómo están gastando
los gobernantes sus impuestos, de forma contrastada.
Ese es el único fin de los usos de los dineros de la gente
sencilla.
En ese uso, en esa utilización, no debe primar el interés
propio del que se cree equivocadamente el “dueño” de lo
simplemente administrado.
No es, pues, un “dueño”. Es, tan sólo un gestor público. Su
obligación es la de que se de buen destino al erario
público.
Para la vanidad y otras historias ya están las nubes de
gente “pelota” que acuden cuales moscas al rico pastel de
chocolate del que sacar tajada.
Por ello afirmo de manera rotunda que desde que los del
símbolo del Hacho hundieron mi “barco de papel” se impuso en
Ceuta una nueva moda en el mundo de la información.
No hablo de la moda de mi entrañable 600 dominguero. Hablo
de otra moda.
Así las cosas ¿qué crítica se realiza a nuestros políticos
más allá de la puntual porque interese para “algo”, o de la
que yo denomino “navegar a medias aguas”?.
Hasta que se restablezca en Ceuta el grado de libertad de
expresión que me concedió, lo que son las cosas, el “facha”,
el combatiente de Franco, mi querido padre Joaquín, no podré
tener como periodista independiente los suficientes
elementos de juicio para opinar con rigurosidad sobre la
gestión de los alcaldes de nuestra reserva africana.
Y si el “miedo” flota en el aire…
Se nos muestra la cara simpática de la actuación pero las
interioridades, las que a mi me interesan, la forma de
emplear el gasto, parece que es cosa, materia reservada,
asunto, de otro sistema político, fuera de esta selva a
tamaño escala.
Es como si se nos hiciera un favor. Es como si la
transparencia no fuera con ellos.
Se apagan velas. Se cumplen años. 30 años. En Ceuta, no
todos esos años han sido precisamente de velitas de ceras
democráticas.
¡Fuimos tan críticos con el Franquismo¡
En el 77 yo no ejercía como capitán del “barco de papel” más
censura sobre los contenidos que la referida a la calidad
literaria.
Si alguien es capaz de dejarme como un mentiroso empedernido
de esos que se estilan tanto por aquí, y son otra particular
“especie protegida” como para que no se extingan en la
reserva, que lo diga.
O que calle para siempre, como se dice en las bodas.
Era de la opinión de que las limitaciones al uso de la
libertad de expresión estaban única y exclusivamente en los
juzgados.
Son los jueces los que tienen y deben acotar ese campo. Los
periodistas que damos la cara, siempre lo hice, tenemos
nuestra propia responsabilidad penal y civil, caso que lo
que escribamos no se ajuste a la realidad y podamos
perjudicar-lesionar sin verdadero fundamento a terceros en
su imagen, intereses, o determinados derechos en general de
las personas.
Ahora, en esta democracia local consolidada, los políticos
se creen con el derecho de “juzgar” a través de sus hilos
visibles.
El periodista independiente y crítico, ya no tiene necesidad
de llegar hasta el juzgado.
Fusilados en la maldita guerra incivil española cayeron
demasiados. En nuestra tierra ceutí también muchos seres
inocentes fueron condenados a morir.
Lo que a mi me interesa especialmente es averiguar el dato
histórico sobre si pese a sus circunstancias de
alcalde-médico-republicano, pudo eludir de alguna forma sus
balas de la muerte.
Me atrae como periodista conocer dónde estuvo su “riesgo”,
su “compromiso”.
¿Es qué el alcalde de Ceuta pudo burlar, cambiar su sellado
destino fatal?
De ser así, Y LO ES, con mayúsculas, tenemos los ceutíes que
descubrirnos ante la talla única de este hombre
político-médico-“santo”, que eligió, qué hermoso, morir
“libre” en Ceuta.
Ofreció y dio su vida antes de optar por un cambio político
de chaqueta.
¡Qué maravilloso ejemplo!
El suyo, por supuesto.
Que no el de tanto vividor como hoy en día hay metido en la
política, y que cambian con total naturalidad de chaquetas,
de calcetines, y de lo que haga falta, con tal de que en su
patrimonio personal no se ponga el sol.
Actualizados Felipes II en versión cutre de nuestra historia
moderna local.
El “hombre santo”, el alcalde republicano de Ceuta, fue una
persona totalmente coherente con sus principios y forma de
entender la política. El era un republicano de izquierdas.
Cuando fue diputado por Ceuta, desde junio de 1931 a
noviembre de 1933 era militante del partido republicano
radical socialista.
Antonio López Sánchez-Prado, pudo perfectamente haberse
cambiado de chaqueta ya que desde media tarde del 17 de
julio de 1936, tuvo conocimiento de que se había iniciado la
sublevación en Melilla.
En cuanto tiene conocimiento de la sublevación se dirige al
Palacio Municipal donde se queda hasta las dos de la
madrugada, que marcha para su casa.
Durante la tarde-noche que está en el Ayuntamiento recibe
llamadas de amigos que intentan desesperadamente hacerle
entrar en razones, convencer a nuestro alcalde, para que se
les una en una ideada huída hacía Tánger, al objeto de
salvar la vida.
En el Consejo de Guerra que se le hace con posterioridad,
deja claro que él quiere seguir la suerte y estar junto al
pueblo que le eligió.
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