A lo largo de las últimas dos
semanas, raro es el medio de comunicación que no ha
repetido, editoriales o portadas recordando aquel 15 J del
año 1977.
Han pasado 30 años y el recuerdo de aquellas elecciones de
la ilusión no se ha borrado. por medio han quedado muchas
cosas y han ido pasando presidentes del Gobierno hasta
llegar a José Luis Rodrígues Zapatero.
El primero de ellos fue Adolfo Suárez, un talento político,
con una formación no muy profunda, y que le hace ser, por
méritos propios, uno de los baluartes más significativos, de
la segunda parte del siglo XX en España. Adolfo Suárez fue
el auténtico político, negociador y luchador desde el primer
día, cuando fue nombrado por el Rey.
Además fue hombre de palabra y de acción, porque ya es digno
de reseñar el que a los sietemeses y medio de la muerte de
Franco, se atreviera a prometer elecciones libres a Cortes,
para el año siguiente. Lo dijo y lo cumplió.
Pero hubo más, y eso hay que reseñarlo en su haber, y es que
a los dieciseis meses de la muerte del Caudillo había
legalizado incluso al PC.
Aquí estuvo su grandeza, pero aquí estuvo también su
declinar, porque había fuerzas muy poderosas que no podían
tolerar ver roto el "compromiso" del 18 de julio.
Sea como sea, y él ahora por su salud no lo puede disfrutar,
ahí estuvo su proyecto, su realización y las consecuencias
que tuvo.
Tras él, y de la misma casa, con el ruído de los sables y
los disparos de las pistolas en el hemiciclo del Congreso de
los Diputados, llegó Calvo Sotelo, " sor Tristeza". Llegó
para terminar la legislatura y terminó legislatura, terminó
su actuación como político y se terminó la UCD.
Habíamos terminado el primer paso de la transición, y el
país se mostraba abierto y esperanzado con lo que podía
llegar en las nuevas elecciones.
El 28 de octubre de 1982 es el paso siguiente, comienza una
nueva andadura. el PSOE con Felipe González gana por primera
vez las elecciones, y las gana contundentemente, con una
aplastante mayoría absoluta, tras un slogam atractivo:" Por
el cambio". Con lo que la situación cambió de una manera
total, " en 20 años a España no la iba a onocer ni la madre
que la parió", que diría Alfonso Guerra.
Pero es curioso que Felipe González no agotara ninguna de
sus legislaturas, la del 82, la del 86 tampoco, ni la del 89
y menos la del 93.
El poder gastaba y el exceso de poder llevó por algunos
caminos que ni el PSOE lo hubiera pensado en el 82, ni el
pueblo lo hubiera querido ver. Había poder, la oposición no
tenía fuerza sufiiciente y los desmanes llevaron a ir
perdiendo, poco a poco, la credibilidad que se tenía en el
PSOE, en 1982.
Con una situación "confusa", no diremos otra cosa, se llegó
al cambio de siglas en el poder. En 1996, a principios de
marzo José María Aznar, aunque sin mayoría absoluta, formó
gobierno, con la colaboración de CiU, que no actuó gratis.
La labor de Aznar estuvo lejos de lo simplemente político y
sus 8 años estuvieron marcados por la efectividad en el
terreno económico, y no perder ni un ápice en las relaciones
internacionales. Dejó llenas las arcas que años antes, con
las rapiñas de Roldán y compañía se habían vaciado.
A su debido tiempo, tal como había anunciado, se fue, con un
punto negro en su haber, " la anuencia sobre la guerra de
Irak" que sus adversarios han criticado más de la cuenta.
Con todo, el prestigio internacional quedó en todo lo alto.
Una masacre el 11 M de 2004, aceleró la subida de Zapatero
al poder, y a falta de nueve meses para que termine la
legislatura la labor de ZP está siendo criticada dentro y
fuera de su partido. El último año ya veremos hasta donde se
llega.
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