En buena lógica con las
trayectorias políticas y personales de ambas, el presidente
Vivas anunciará mañana oficialmente que Kissy Chandiramani y
Rabea Mohamed serán las titulares de la Consejería de
Juventud y la Viceconsejería de Mujer, respectivamente, en
su próximo Gobierno. Las dos pondrán cara a la apuesta
decidida que el candidato del Partido Popular pretende
acometer durante los cuatro años que tiene por delante al
frente de la Ciudad antes de cumplir una década en el cargo
en ambos ámbitos, de capital importancia para el desarrollo
social y económico de la ciudad autónoma.
La elección parece de lo más coherente. Chandiramani, que
durante la pasada legislatura ejerció en exclusiva como
vicepresidenta primera de la Asamblea, es la diputada más
joven de la Cámara y debe conocer, por tanto, mejor y más de
cerca que ningún otro de sus compañeros las preocupaciones
más acuciantes de los jóvenes ceutíes.
Rabea Mohamed, que sustituye desde el pasado sábado a
Chandiramani a la derecha de Juan Vivas en la Mesa Rectora
de la Asamblea, ha acumulado un amplio bagaje de
experiencias durante su larga y fructífera etapa al frente
de la Asociación de Mujeres Vecinales, un ámbito que le ha
proporcionado la oportunidad de saber de primera mano dónde
están las grandes desventajas del colectivo femenino en
nuestra ciudad.
La disposición de Vivas a subrayar el protagonismo de estos
dos colectivos con ambas al frente de dos departamentos de
nueva creación (Juventud permaneció desde 2003 dentro de la
macro Consejería que dirigía Bel, con Sanidad y Bienestar
Social como cabeza de cartel) es digna de elogio en tanto
que en Ceuta esa voluntad es más necesaria, si cabe, que en
ningún otro lugar de España. Entre otras razones porque la
ciudad autónoma sigue siendo, junto con Melilla, la región
con la población más joven de España, un potencial que no
debe desaprovecharse, como el femenino, por el bien del
futuro a medio y largo plazo de Ceuta.
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