La directiva del Colegio La Inmaculada de Ceuta quiso ayer
colocar el broche de oro final a la temporada 2006/2007 de
sus equipos de fútbol-sala que participaron durante los
últimos nueve meses en la competición local.
Así, y como gran colofón a esta campaña ya finalizada
oficialmente, los seis conjuntos del centro escolar en sus
respectivas categorías invadieron el pabellón Antonio
Campoamor en la tarde de ayer con varios partidos.
Los primeros en salir a la pista, pasadas las cinco de la
tarde, fueron los dos equipos prebenjamines, que se
enfrentaron en un choque entre amigos y compañeros que
deparó grandes jugadas y buenos goles para la galería. Una
hora más tarde, a las seis, les llegó el turno al combinado
benjamín que, del mismo modo que sus predecesores, hizo
vibrar a la grada del Campoamor, integrada mayoritariamente
por miembros del colegio y familiares de los jóvenes
futbolistas. El rival en esta ocasión fue el Santa María de
Micaela, un invitado de lujo a esta fiesta de fin de curso
de La Inmaculada.
Los últimos en saltar al terreno de juego fueron los
integrantes del equipo alevín de La Inmaculada. Pasadas las
siete de la tarde, los escolares midieron sus fuerzas con la
AUGC.
Una vez finalizados todos los encuentros, y entre los muchos
aplausos llegados desde la grada, llegó el momento más
emotivo de la celebración: la entrega por parte de los
miembros directivos del colegio de medallas acreditativas
entre todos los participantes. A su conclusión, la guinda
del pastel la puso la merienda con la que el club obsequió a
jugadores y familiares. Una sabrosa forma de despedirse
hasta el año próximo.
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