Tal y como relataron las crónicas de los diferentes medios
de comunicación tanto nacionales como locales, el sábado 23
de septiembre de 2006, la pequeña de 7 años llamada Suhaila,
era asesinada brutalmente sobre las 16:15 horas, en su
propia casa, el número cinco de las conocidas viviendas
prefabricadas llamadas ‘caracolas’.
El cuerpo presentaba una herida de arma blanca en el cuello.
La hipótesis barajada era que fue degollada.
Una vez iniciadas las investigaciones policiales, se
centraron sobre todo en conocer el móvil del presunto
asesino. El presunto autor de los hechos fue inmediatamente
identificado por numerosos testigos que aseguraron que aquel
día vieron correr a Kassen, pareja de la madre de Suhaila,
por la ladera próxima a las caracolas en las que vivía la
pequeña, con la ropa ensangrentada.
Se entregó a la Policía
El presunto autor, desde el día 23 de septiembre permaneció
en Marruecos oculto, hasta que el 25 de ese mismo mes, se
entregó a la Policía española gracias a un conocido que pudo
contactar con él y engañarlo para que se entregara. Éste le
aseguró a Kassen, que la pequeña estaba viva y que había
sido hospitalizada.
Cuando el presunto autor de los hechos se acercó a la
frontera española con Marruecos, pasada la una de la
madrugada, los agentes de la UDYCO le esperaban, siendo
informado de que quedaba detenido como el presunto autor de
un delito de asesinato.
Los agentes pusieron en marcha un elaborado plan de fuga
para su traslado ya que se sabía que la familia de la
pequeña quería tomarse la justicia por su mano.
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