Volverán las oscuras golondrinas a
su nido a anidar… Todo en esta vida, como las golondrinas
vuelven a su debido tiempo. Nada queda por volver. Puede que
a diferencia de las golondrinas, no vuelvan al año siguiente
pero, al final, aunque pasen dos o tres años, todos ellos,
los políticos u lo que sean que tampoco hay que exagerar,
nos les quepa la menor duda, volverán para ocupar algún que
otro carguito ganando una buena pasta gansa. Son las reglas
del juego y esas nadie las va a romper.
Para todos ellos la vida es como una noria que gira y gira
pero, al final, siempre para en el mismo lugar. Ellos,
cuando se suben en esa noria, sabe positivamente que jamás
volverán a bajarse de ellas, por muchas vueltas que dé y por
los distintos lugares que puedan ocupar en la misma. Una vez
subidos, en ella, es muy difícil que le dejen bajarse
porque, todos ellos, son parte integrante de la misma,
pasajeros perennes de por vida.
En esa noria gigantesca que forma la vida de los políticos,
algunos pueden dar la sensación de que han desaparecido de
la noria al no hacerse visible en la misma. Simple fenómeno
óptico de los que estamos contemplando las vueltas de la
noria porque, todos ellos siguen subidos en la misma, y nada
ni nadie va a intentar bajarlos.
Es esa ilusión óptica, de la que les hablamos, la que nos da
la sensación de que no están, la que nos impide poder
comprobar, simple y llanamente, que sólo han efectuado un
cambio de lugar pero que siguen subidos en la noria.
Es fácil realizar la comprobación de cuanto estamos
escribiendo, con echar una simple ojeada a algunos de los
políticos que han cambiado de lugar pero que, jamás, se
bajaron de la noria a la que se habían subido con la llegada
de la democracia aunque, el simple cambio de asiento en la
noria, nos haya llevado a pensar que habían desaparecido del
mapa político.
Siempre son los mismos aunque, eso sí, en algunas ocasiones
cambiados de los lugares que antes habían tenido. Y es que,
cuando se han subido a la noria de la política, ya no se
bajan de ella. Por eso, no hay duda alguna, nos los
volveremos a encontrar en otros puestos ganando una pasta
gansa que, en ocasiones, supera en mucho a la que antes
había tenido. Es como una compensación a los servicios
prestados y también, por qué no decirlo para mantener
ciertas bocas cerradas por lo que pueda pasar. Ya se sabe
que en boca cerrada no entran moscas.
Esto de hacerlos girar pero sin bajar se de la noria, no es
privativo de determinado partido, todos realizan la misma
maniobra en cuanto llegan al poder. Incluso, en ocasiones,
si es necesario crear nuevos puestos donde ubicarlos, se
crean y asunto concluido. Todo antes de que ninguno de los
que se subieron a la noria se vayan a bajar de ella, con lo
que ello pueda conllevar a quienes son los encargados, en
esos momentos, de darle vuelta y más vuelta al artefacto en
cuestión. Si algunos de ustedes se hacen la pregunta ¿dónde
están todos aquellos que desaparecieron con la llegada de
los de las gorras y el pito?. No tienen que hacer mucho
esfuerzo para saberlo. Todos están, perfectamente, ocupando
unos puestecitos que les reportan una buena pasta gansa cada
final de mes. Señor, Señor.
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