Esto es lo que les ocurrirán a los alumnos que no cursen la
nueva asignatura “Educación para la Ciudadanía y los
derechos Humanos”. Todo ello motivado por la postura del
Foro Español de la Familia al asesorar a los padres a que se
opongan a la nueva materia. Para tal fin ha creado el
Observatorio sobre la objeción de conciencia. Y se
argumenta: “La objeción de conciencia es el mecanismo
jurídicamente más correcto ante una intromisión ilegítima en
un derecho constitucional básico como es la libertad de
enseñanza”.
Argumenta, el citado Foro, que los contenidos de Educación
para la Ciudadanía, tiene una peligrosa carga de filosofía
de género respecto a modelos de matrimonio, de familia y de
orientación afectivo sexual. Siendo así, puede ser un
instrumento de ideologización y el adoctrinamiento de los
alumnos.
En los momentos actuales hay centros públicos que cuentan
con más del 70% de objeciones, donde se han creado
plataformas por la libertad de Educación. La polémica y las
fricciones entre el Gobierno y los grupos que se oponen a
Educación para la Ciudadanía, suben de tono y alcanzan
niveles poco conciliables. Y por parte del Ministerio se
afirma “que no cursar esta asignatura, impediría a los
estudiantes la obtención de los títulos académicos
correspondientes”. Y advierte: “se trata de un asignatura
obligatoria por Ley, ante la que no hay alternativa y que se
va a mantener”. Por otro lado, se acusa a los promotores de
la objeción de conciencia, frente a la nueva asignatura, de
llamar a la “desobediencia civil”. Y, además, se basa en
“muchas falsedades y en argumentos que no son ciertos”.
Por parte del Foro de la Familia, apelan a la Constitución,
a los dictámenes del Consejo de Estado sobre los decretos de
las Enseñanzas Mínimas y a la postura de algunas comunidades
–las del PP-. Acusan al Ministerio de Educación de no
dialogar, calificando su intervención de “antidemocrática” y
de “violación de la promesa o juramento de respetar la
Constitución, realizada al tomar posesión de su cargo –en
clara alusión a la Sra. Ministra”, y de ignorar la Carta
Magna. Además, con amenazas y ataques a los derechos
constitucionales, el MEC no va a amedrentar a las familias
españolas.
“Sin dudas que estamos ante un caso de duro
“enfrentamiento”, sin saber quienes ganará la “batalla”. Por
parte de los padres que aconsejan a sus hijos a hacer
objeción –derecho constitucional y no desobediencia civil-
el Foro está dispuesto, en el supuesto que no surta efecto
la estrategia, llegar hasta el Tribunal Constitucional, el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos y donde sea necesario.
Pero advierte al Ministerio, que si rectifica, no habrá
confrontación; pero si mantiene la intromisión en la
conciencia, no nos quedaremos con los brazos cruzados.
La posición del Foro es inflexible, en el caso de que el
Ministerio no modifique su postura, afirmando que será
responsable de que se produzcan consecuencias incalculables
para la paz escolar, si se consuma este atentado contra la
libertad de enseñanza. Y no habrá otro camino, porque si
dejamos que un atropello de este calibre se consuma durante
un curso escolar –el próximo- es muy difícil volver atrás.
Por eso, no parece que hay que reaccionar con toda
tranquilidad, pero también con toda claridad desde el primer
momento. No nos queda otra opción. Y, además, vamos a estar
pendientes del desarrollo estatal y autonómico, controlando
el contenido de los textos y cómo imparten los profesores
las clases. Y se debe enseñar cuestiones que no afecten a
convicciones profundas ni a los conceptos de sexualidad y
familia o al papel de la religión en la sociedad. Por
ejemplo, se deben explicar derechos humanos y normas de
convivencia, pero no invadir el ámbito moral”.
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