|
Por encima de la retórica, vana y
injustifcable reivindicación marroquí sobre las dos ciudades
autónomas de Ceuta y Melilla, a ambos lados de la frontera
surgen documentos, declaraciones y proyectos que abogan por
la más que necesaria colaboración que deben establecer
España y Marruecos para el beneficio tanto de las ciudades
españolas y sus habitantes como del entorno marroquí que las
rodea.
El Esquema Director de Organización Urbana del Distrito que
abarca las localidades de Rincón, Castillejos y Martil, del
que este periódico detalla hoy los planes para construir una
gran Zona Franca Comercial en las inmediaciones de la
localidad vecina puede ser, salvando determinadas
expresiones que a este lado de la frontera resultan
chocantes y que al otro lado son de obligado cumplimiento,
un buen ejemplo de la lectura racional y de progreso que
debería imperar en las relaciones entre ambos países, ya que
el documento contempla tanto la natural competencia por los
recursos económicos que del comercio llegan a Ceuta como la
posibilidad de que la ciudad se beneficie también de las
infraestructuras a desarrollar. En un contexto geopolítico
que ofrece unas evidentes posibilidades de desarrollo
económico por la vía del turismo, el tráfico portuario y
comercial y otros sectores el Gobierno de la nación, en
estrecha colaboración con el Ejecutivo autonómico y la clase
socioeconómica ceutí, debe garantizarse las mejores opciones
posibles para beneficiarse también del ambicioso proyecto de
desarrollo de las provincias de Tetuán y Tánger que impulsa
Rabat.
La seguridad jurídica que, como en el resto del Estado
español, existe en Ceuta puede ser el primer acicate para
que los empresarios de todo el mundo que operen desde el
puerto de Tánger-Med a partir de este verano y que durante
los próximos años se instalen en las Zonas Francas
Logística, Industrial y Comercial anexas que se van a
construir (nuevo aeropuerto incluido) miren hacia la ciudad
como un espacio con garantías que todavía no tienen al otro
lado de la frontera a aprovechar.
|
OPINIÓN / EDITORIAL
