Para hacer de Ceuta una ciudad activa, el Partido de la paz
tiene múltiples proyectos en mente. Eso sí, todos parten del
uso mutuo territorial desde el punto de vista comercial del
norte marroquí y de la ciudad autónoma, con la idea de
reconvertir la ciudad en un espacio estratégico para el
Estado español. “El Gobierno nacional podría usar la
industria de Marruecos y utilizar el puerto de Tánger-Med de
forma conjunta con el de Algeciras, teniendo Ceuta como base
de contrataciones comerciales”. En su opinión, “esta ciudad
tiene todos los papeles para ser una base de transacciones
económicas de capitales marroquíes hacia Europa”. De
cumplirse estos planes, “la renta per cápita local podría
ser de las más altas de Europa”, augura Murad Agha,
presidente del partido.
No obstante, esta hipotética situación vendría determinada
por un apoyo estatal “sin condiciones” al porvenir de Ceuta.
“Tiene que haber una voluntad clara porque las opciones son
muchas, pero hay graves problemas que atajar aún”, dice en
relación al paro, el fracaso escolar, los índices de
absentismo en los centros educativos, y la falta de
formación profesional. “Sin unos ciudadanos preparados, no
se puede cambiar la actitud pasiva dominante”, exhorta Agha.
Entre las propuestas del Partido de la Paz destaca la
creación de centros de investigaciones científicas, médicas,
de biología africana y de traducción. Todo un paquete de
ambiciosas medidas entre las que resalta la proyección de un
canal vía satélite bilingüe (árabe-español). “En el sentido
más estrictamente comercial interesa. Sería como normalizar
una lengua -el dariya- en los medios de comunicación
españoles. Entiendo que es una propuesta arriesgada, pero
público objetivo y salidas económicas no le faltan”, asegura
Agha. Esta materialización de una Ceuta promotora daría pie,
según el Partido de la Paz, “a acabar con la lamentable
situación actual que vive esta ciudad en aras de prosperar”.
El último punto que toca Agha es el sistema sanitario de
Ceuta que como médico odontólogo le ataña directamente. Su
fórmula resolutiva es la combinación del sistema público
privado. En su opinión, la asistencia tiene que ser barata
porque va tender a la privatización, “especialmente aquí”,
anuncia. “Un coste simbólico para poder ayudar a todo el
mundo, pero así evitar las aglomeraciones de ciudadanía
marroquí”.
Reorganizar el sistema económico local de una forma gradual
pasa “inexorablemente por cambiar la mentalidad de la
ciudad”.
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