El Partido de la Paz es aún un conjunto político
embrionario, pero sus tres ideólogos, entre ellos, el
presidente del colectivo Murad Agha, confían en su propuesta
porque nace en Ceuta con vistas a convertirse en un partido
de corte nacional. Contactos con Ciutadans de Catalunya y la
plataforma Basta Ya confirman una intención más allá de la
ciudad autónoma: crear una posible coalición nacional de
grupos minoritarios de cara a las generales de 2008.
Herederos del Peace Party británico basan su compromiso “en
la filantropía a través del bienestar socioeconómico y la
lucha contra la pobreza y la corrupción”.
Agha, médico sirio nacionalizado español, reside en la
ciudad desde 2002. Vinculado a las lides políticas desde un
principio, primero con UDCE, después próximo al Partido
Popular, decidió crear el Partido de la Paz en enero de este
año con la idea localista de reunir entre sus filas a
intelectuales de los sectores críticos de izquierdas y
derechas de Ceuta. Después, conforme marchase el partido, se
lanzaría a la búsqueda de ‘desencantados’ de todo el país.
Su conversión en un colectivo de ‘centro’ político serviría,
en su opinión, para atajar las diferencias sociales. “Soy
partidario del capital económico, pero sobre todo para
llegar a los más pobres. Hay que dar a la economía su justa
orientación. La pobreza sufrida en silencio puede llevar a
robar. Esa es mi lucha”, subraya.
Agha perfila el Partido de la Paz como “una alternativa”
para las elecciones locales de 2011. “Queremos dar apertura,
provocar un giro de 180 grados”. Para ello, ya cuentan con
“más de 200 firmas de apoyo en la península y numerosos
simpatizantes en Ceuta, tanto de afiliados a los partidos
tradicionales, como de ciudadanos”. Un impulso inicial con
el que su equipo ya ha empezado a trabajar.
Propuesta estrella
Su propuesta estrella se erige en crear una Ceuta “de base
promotora” para luchar contra el receso económico que sufre
la ciudad. En su opinión, el ejemplo a seguir es el de Hong
Kong o Dubai. “Su situación geográfica fue aprovechada y
crecieron explotando todos los recursos posibles como un
espacio de promoción empresarial”. Y ahí entraría la ciudad
autónoma. “El momento de desarrollo acelerado que vive
España en relación con Marruecos, no debería excluir a
Ceuta. Su posición es estratégica y podría prosperar en
pocos meses si los empresarios diesen un voto de confianza”.
El problema para que esto no haya sucedido antes estriba,
“en parte”, por la planificación económica local. “Hay
demasiadas barreras administrativas que, si se suman los
años de corrupción, impide crear más empleo para los ceutíes
en edad de trabajar”, critica.
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“Hay que poner fin a este ‘apartheid”
El Partido de la Paz también tiene
palabras para describir el clima social reinante en Ceuta.
Murad Agha lo define como “un ‘Apartheid’ elegante al que
hay que poner fin”. No obstante, señala que no es tanto
étnico entre las culturas de mayor arraigo, como
“discriminatorio por situaciones tan aceptadas como ‘el
enchufismo’. “Es un ‘Apartheid’ no declarado, y
completamente injusto”, apunta.
La coexistencia cultural es una traba, en su opinión. “Para
recuperar la convivencia es fundamental acabar con la
pasividad social en Ceuta. Hay que convencer a los
descontentos”.
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