El Esquema Director de Desarrollo urbano del Distrito de
Rincón y Castillejos (M’diq y Fnideq, en árabe), elaborado
por los arquitectos urbanistas Fathallah Debbi y Mekouar
Najib en colaboración con la Agencia Especial Tánger
Mediterráneo (TMSA) prevé la instalación en las
inmediaciones de la vecina localidad marroquí, en un enclave
todavía por concretar definitivamente, la instalación de una
Zona Franca Comercial con 2 millones de metros cuadrados de
superficie (200 hectáreas) en la que se pretenden
desarrollar “actividades comerciales ‘business to business’
ligadas a la Zona Franca Logística” adyacente a la terminal
de contenedores del nuevo puerto Tánger-Med [que comenzará a
operar este mismo verano] y que permitirá “la implantación
de centros comerciales en condiciones ‘duty free’” con la
intención de que genere “múltiples efectos sobre el empleo,
la organización del espacio y el nivel de equipamientos de
la zona”, según se detalla en los documentos oficiales a los
que ha tenido acceso EL PUEBLO.
El proyecto es una de las tres claves sobre las que se
asienta la Zona Especial de Desarrollo, de 550 kilómetros
cuadrados, que el Estado marroquí creó en 2002 “para
favorecer el acceso a los mercados exteriores de las
empresas establecidas en Marruecos, el desarrollo de sus
futuros procesos logísticos y la dinamización de la economía
marroquí y el desarrollo del turismo en la región [la
recientemente constituida wilaya de M'diq-Fnideq está
considerada la séptima ‘estación turística’ del país vecino
por su Ejecutivo]”.
TMSA, una sociedad privada dotada de prerrogativas públicas
creada en 2002 que interviene en base a un convenio
establecido con el Estado, se encargará hasta 2053 de
otorgar la concesión de actividades portuarias y logísticas
en la Zona Franca Comercial de Castillejos, así como en la
Zona Franca Logística cercana al nuevo puerto y en la Zona
Franca Industrial próxima a Tánger.
Por su parte, el Estado es el responsable de construir las
infraestructuras de conexión entre todas ellas, trabajos que
ya están en marcha desde hace meses.
Los “efectos negativos” del comercio ‘atípico’ con Ceuta
“El comercio en la zona ha proliferado con una gran
capacidad de redistribución. Genere rentas para una franja
importante de la población pero produce igualmente efectos
negativos sobre la producción industrial local, que padece
la fuerte competencia de los productos del contrabando y las
rentas del contrabando y del blanqueo acentúan una presión
especulativa y alimentan una economía paralela próspera”,
analiza sobre el contexto comercial actual el Esquema
Director, “algo así como un Plan General de Ordenación
Urbana (PGOU) del área”, según los especialistas
consultados.
“El territorio se caracteriza por el empuje demográfico de
una zona relativamente sobre densificada. Ni la agricultura
de subsistencia actual, ni la pesca tradicional, ni el
turismo en su estado actual, ni el sector secundario cuya
estructura todavía es embrionaria están capacitados para
responder a la demanda de empleo que genera la evolución
demográfica”, apunta el estudio, donde se reconoce que “la
aportación del comercio ligado al contrabando no es
despreciable en el área de estudio” pero se advierte de que
“un empleo creado por el contrabando son diez empleos
destruidos”. Sobre ese diagnóstico, el informe concluye que
“el nuevo proyecto del puerto Tánger Méditerranée será clave
para el desarrollo económico y social para el área de
estudio de la región de Tánger-Tetuán”.
Sin embargo, al mismo tiempo que lamentan los efectos del
denominado comercio transfronterizo en su vertiente de
contrabando (siempre desde el punto de vista marroquí), los
autores del informe considera la ciudad autónoma y su
régimen económico, fiscal y comercial como un modelo a
imitar.
“La Zona Franca de Ceuta funciona a día de hoy como un
conjunto de almacenes que totaliza menos de una decena de
hectáreas instaladas a las puertas de las aduanas [los
polígonos del Tarajal. El puerto del enclave acoge
mercancías españolas e internacionales, pero la ciudad no
dispone de actividades industriales y su base económica
esencialmente reposa en el comercio y los servicios”,
presenta el informe, que destaca que la ciudad también atrae
inversiones turísticas y “funciona gracias a su posición
como centro de animación y compras para los habitantes del
norte de Marruecos”.
Ceuta, más “vulnerable” o “en mejor posición”
“Actualmente los productos de las Zonas Francas son
accesibles o lo serán cada vez más en las grandes ciudades
de Marruecos, pero en un contexto de liberalización del
comercio internacional y del desmantelamiento de las
barreras aduaneras podemos interrogarnos las perspectivas de
desarrollo de este tipo de áreas”, cuya actividad en Ceuta
limita a los productos sometidos a las Reglas de Origen y a
“productos de desecho” cuyo precio de venta es inferior al
de fabricación.
A cambio, la Zona Franca Comercial de Castillejos “ofrecerá
dos tipos de productos: los ‘duty free’ y los que ahora
llegan de contrabando”. “En el primer caso, la oferta se
apoyará en productos y servicios que serían más atractivos
que la oferta de Ceuta y el sur de España y se destinar a
atraer a una clientela constituida por nacionales”, adelanta
el proyecto, que resalta que “en el caso del contrabando el
problema es eminentemente social”.
“Consideramos que entre 30.000 y 40.000 personas viven de él
como ‘transportadores’ de mercancías”, concluye el estudio
antes de reconocer que “el objetivo del proyecto es regular
el contrabando y asegurar la transferencia de las
actividades comerciales que se desarrollan en Ceuta a la
Zona Franca de Castillejos”.
“La cuestión es saber cómo las actividades de la Zona Franca
de Ceuta (ZFC) pueden ser toleradas y cuáles serán los
impactos sobre Ceuta y sobre la economía nacional marroquí”,
escenario en el que se atisban dos posibilidades para la
Zona Comercial de Castillejos: la primera de ellas
implicaría que Ceuta perdiese, con el desarrollo del
proyecto “su función comercial”, lo cual “la haría
vulnerable” o, como alternativa, que “Ceuta se transforme en
una plaza financiera, de servicios y de animación por la que
pasarían parte de las transacciones, de tal forma que
recuperaría una parte del valor de la Zona Franca de
Castillejos”.
“En este escenario”, concluye el análisis, “Ceuta mejoraría
su posición y relegaría a Castillejos la gestión social de
la nueva Zona Franca con los reducidos márgenes económicos
de las 40.000 personas que viven de su comercio”.
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