Ante la indiferencia de la siempre
hipersensibilizada progresía, tan solidaria ella como se
sabe, Líbano y los territorios palestinos están
desangrándose en luchas fraticidas en las que el común
denominador es el islamismo radical. No deja de ser curioso
que mientras la mínima acción israelí atrae, con razón o sin
ella, oleadas de críticas, esos mismos que alzan agrias
voces y levantan amenazadoras pancartas hacen ahora mutis
por el foro. ¿Dónde están esos comités o asociaciones de
apoyo a Palestina..?. Díganmelo, por favor. Y posiciónense,
pues caso contrario no se quejen ustedes luego de ser
recusados por manipuladores y sectarios.
En Líbano, una vez más, un diputado hostil al dictatorial
régimen sirio, Walid Eido, era anteayer brutalmente
asesinado junto a nueve personas más mediante una potente
bomba colocada, según parece, en su propio vehículo, en un
odioso atentado que guarda ciertas similitudes con el
atentado terrorista de febrero de 2005 en el que perdió la
vida el ex primer ministro (crítico también con Siria, ¡qué
casualidad!) Rafic Hariri y otras veinte personas, crimen
actualmente investigado por un tribunal internacional de las
Naciones Unidas. A la vez, siguen coleando los combates
entre el ejército libanés y la filial local de Al Qaïda,
“Fatah al Islam”, que no estaría dudando en atacar -según
fuentes de “Al Manar”, el canal de televisión de la shiíta
Hezbolá- convoyes de ayuda humanitaria de las Naciones
Unidas que intentan prestar socorro a la población civil
palestina atrapada en el campo de palestinos de Nahr Al
Bared, uno de los once existentes en el país de los cedros
como adelanté en esta misma columna el viernes 1 de junio.
Mientras, en los territorios palestinos los islamistas
radicales de Hamás pudieran estar en estos momentos
culminando mediante acciones terroristas al uso un golpe de
estado, incubado desde hace tiempo contra la misma Autoridad
Palestina de la que forman parte y que debería ser
-tengámoslo en cuenta- el embrión de un Estado palestino
viable y en paz con sus vecinos israelíes. La guerra civil
alentada por la organización filo terrorista Hamás que, como
una sombra, va oscureciendo las ya dificilísimas condiciones
de vida de los palestinos, amenaza con dividir en dos la
administración palestina: mientras Cisjordania seguiría en
manos de la vieja organización de la OLP, Fatah, la Franja
de Gaza si alguien no lo remedia podría caer en manos de los
extremistas de Hamás, que poco tardarían en implantar una
feroz, represiva y amenazante república islámica, ante la
que Israel no podría permanecer de brazos cruzados. Luego,
claro, vendrían las críticas y el grito en el cielo de los
“progres” occidentales, muy sensibilizados ellos con los
derechos humanos… Pero ahora, insisto, ¿dónde está, dónde ha
quedado la solidaridad con los palestinos?. No me negarán
que algo huele mediáticamente a podrido en esta triste
historia…
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