PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - JUEVES, 14 DE JUNIO DE 2007

 

OPINIÓN / EL OASIS

El predicador
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Juan Vivas, tal vez en un rapto de su reconocido cachondeo, parece ser que hizo el consiguiente comentario al compañero de turno que le estaba alertando negativamente acerca de un tipo que se ha pegado a él -a JV, claro es- y lo acompaña incluso a la hora de recoger parabienes por la ciudad.

La respuesta del presidente fue más o menos así: “¿También queréis quitarme que goce a veces de la compañía de un tonto?... Aunque a éste, por más que lo intento, ya me resulta imposible quitármelo de encima”.

Arsa, pilili, ele un presidente con gracia y arrestos, hubiera dicho el maestro Jaime Campmany. A propósito: ayer fue aniversario de su muerte. Dos años llevamos ya sin gozar de la genialidad de una pluma especializada en hacer de la ironía un arma capaz de tener a los necios en perpetuo estado de alerta.

Aun así, es decir, a pesar de que la contestación de Juan Vivas fue muy acertada, éste sabe perfectamente que los tontos no son ni buenos ni agradecidos. Y, por lo tanto, bien haría en no perderle la cara a alguien a quien Andrés Domínguez tacha de emboscado y de sepulcro blanqueado.

A mí, en cambio, se me ocurre tildarlo de vivales, de listillo y de escribir cual si fuera cura de almas. Aunque tan mal que hasta los curas debieran intervenir para decirle que procure no ponerlos en semejante ridículo.

Así, se me viene a la memoria lo que decía el Cardenal Vicente Tarancón: “Cuando hablo con un político, lo que quiero es encontrarme con un político, no con un obispo de otra Iglesia que se empeñe en explicarme cómo debemos nosotros dirigir la nuestra”.

Suelo yo tener la buena costumbre de leer a todos los que escriben. Si bien luego, en algunos casos, no dudo en ponerme la penitencia adecuada. Y no entiendo por qué el asiduo acompañante de Juan Vivas se empeña en contarnos su cuento del alfajor diario con hechuras de estar subido en un púlpito.

Da la impresión de que el hombre quiere demostrarnos que sus homilías son un dechado de perfección y que día llegará en que alguien de la Iglesia ordene que todas ellas sean recopiladas y expuestas como ejemplos.

El sujeto del cual escribo, amén de creer que está autorizado para dar fe de quienes pueden ser considerados ceutíes o no, también se arroga facultades para destacar quién es padre amantísimo y esposo ejemplar; qué mujer demuestra las razones por las que su marido es un gran hombre; o cómo es el verdadero prototipo de español, etc.

El individuo a quien me estoy refiriendo es alguien que escribió no ha mucho que se había afiliado a un partido cuando éste perdió las elecciones. O sea, que si le hacemos caso a este predicador, resulta que en Ceuta no Gobierna el Partido Popular.

Este predicador, dedicado cada día a decirnos de qué manera debemos comportarnos los católicos y recordarnos a cada paso nuestras obligaciones, es capaz de vibrar con los insultos que una periodista dedicaba al delegado del Gobierno. Y lo contaba con una naturalidad pasmosa. Una naturalidad que para sí quisiéramos quienes pecamos diariamente y sin embargo apenas pisamos la Casa de Dios.

Ahora, en los últimos tiempos, no ceja de propalar que él sabe todo lo que piensa Juan Vivas. Como si el presidente lo tuviera considerado como uno de aquellos validos que surgieron al final de los Austrias. Una especie de Duque de Lerma. Un amigo íntimo y eficaz que le está ayudando a la formación del nuevo Gobierno.

A ver el día que al presidente se le ocurre aconsejarle al valido lo bien que le vendría hacer pública las cuentas de la institución que lleva presidiendo desde que Boabdil lloró en Granada.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto