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OPINIÓN - JUEVES, 14 DE JUNIO DE 2007

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Los nacionalismos no son más que aldeanismos en su grado más puro. Son como esos pequeños pueblos, de escasos habitantes, que discuten con los del pueblo de al lado, sobre la cantidad de cohetes que, cada uno de ellos, han lanzado al aire en sus fiestas patronales.

Estos aldeanos, cosa lógica, siempre manifiestan que su pueblo es el mejor del mundo y que el año pasado, por sus fiestas patronales, lazaron al aire tres cohetes, mientas los del pueblo de al lado sólo lanzaron dos, y uno de ellos ni llegó a estallar. Y ni te cuento, serrana del alma, si por un casual han llegado a poner un par de floreros en la plaza de uno de los pueblos y en las del otro nada. Eso, como referencia de que son mejores, es la relerches en bicicleta.

Los nacionalismos, esos aldeanismos en su más puro grado son regimenes caducos y trasnochados que nada aportan a la sociedad, sino sólo el beneficio de unos pocos, aprovechándose del analfabetismo existente entre sus seguidores.

Les hablan, a todos estos seguidores de cortitas luces cerebrales, de lo importante que sería conseguir la independencia del país al que pertenecen y del cual viven. Porque esa independencia les llevarías, sin lugar a dudas, a un altísimo nivel de vida muy superior al resto del país. Un país al que, según todos estos aldeanos, ellos le dan mucho más de lo que reciben. Vamos, para hacernos un idea, en cuanto se consiga la independencia, van a amarrar los perros con longanizas. Primera mentira que les cuentan a esos pobres aldeanos.

Seguidamente, para darle más emoción a sus palabras, ante estos pobres aldeanos, les hablan de la importancia que tiene el uso de su lengua. Claro que, después, cuando hacen entrevistas por las calles, al pueblo llano, todos hablan en castellano menos aquellos que serán los beneficiados del cuento.

A ello hay que añadir la parte más importante, el odio desde pequeñito a todo lo que huela a España ocultándoles, por supuesto, que en infinidad de ocasiones han tenido que acudir a ese país que odian para que les saque del atolladero y de la miseria a la que por se odio del aldeanismo se veían sometidos. Y que conste, en acta, lo fácil que es comprobar cuanto estamos diciendo con, simplemente, echarle un vistazo a la historia, a la verdadera historia, no a las que se han inventado los cuatro aprovechados de turno. Por pura lógica, esa historia, la de verdad, no la inventada, jamás se la contarán a esos niños, porque se les vendría abajo todas las mentiras en las que se basan todos los aprovechados.

Si algún día, por esas casualidades que tiene la vida, llegasen a gobernar una ciudad estos comedores de coco a los aldeanos, no les quepa la menor duda que esa ciudad se convertiría en una república bananera con los listillos al mando de ella viviendo, como decía la sabia de mí abuela: “a cuerpo de rey”, mientas el pueblo ese que iba a vivir mejor que en brazos se sentiría esclavizado y con más hambre que un caracol en un espejo. Ahí es donde les quieren llevar estos listillos, al hambre, la miseria y a un régimen dictatorial del que será difícil escapar.

Por el bien de todos poco a poco, van perdiendo poder.
 

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