Engañar al personal puede traer
serias consecuencias. No se debe estar, constantemente,
dándole esperanzas a determinados personajes para que,
después, cuando llega la hora de reclamarle al que así lo
prometió, “de lo mío, qué”, le dé la negativa por repuesta.
Eso es jugar con fuego, y el que juega con fuego lo más
probable es que se queme.
Los primeros síntomas de reacción, de algunos de aquellos a
los que se les ha estado mintiendo por activa y por pasiva,
han empezado a mostrarse en público, largando estopa del
embustero que les engañó e incluso mostrando ciertas
imágenes de cosas que dicen que se hicieron y no están
hechas, según se reflejan en esas fotografías mostradas a
todos los que las quieran ver.
Y ni te cuento, serrana del alma mía, lo que algunos de
ellos, están largando por esa boquita de piñón. Te cuentan
la de parné que se ha gastado en invitar, una y otra vez, a
quienes les han engañado haciéndoles promesas y más promesas
sobre lo que les iba a dar y, además, te dicen que algunos
de los que les han engañados, mientras comían y bebían a dos
carillos, eran incapaces de meterse la mano en el bolsillo
ni para sacarse el pañuelo. Vamos, como quien dijo, puros
gañotes. Ya lo dijo aquel y, encima la canto aquella: ”Y las
promesas que no se cumplen con el amor…”. Estas pobres
criaturitas mías que han sido engañadas y que, en estos
momentos, se muestran enemigos de sus amigos, aquellos a los
que adoraban, considerándoles las mejores personas del mundo
lleno de bondades, y por lo que estaban dispuestos a
arremeter contra sus “enemigos”, ahora se revuelven contra
esos maravilloso, bondadosos y los mejores amigos del mundo,
porque se sienten engañados, y lo que es peor simples
marionetas manejada por las hábiles manos de estos
embusteros. A buenas horas mangas verdes.
El consuelo que os puede quedar es que, como ustedes, ni te
cuento la tira de engañados que hay, por estos expertos en
la mentira y especialista del “gañoteo”. Mientras les esté
invitando, paseándolos por tierra o por mar, te seguirán
engañando hasta el momento, que dadas las circunstancias, te
tienen que decir la verdad. Aunque eso sí, envuelta en
alguna otra mentira para que, de esa forma, no se les cabe
el “chupeteo” y el “gañoteo” a todos estos trincones que
como las meigas, haberlos haylos.
De verdad que, después de escuchar lo que he escuchado y ver
lo que he visto, me siento fortalecido en mi ego porque, una
vez más, he acertado en la manera de ser y comportarse de
todos estos falsos, hipócritas y embusteros.
Los tengo tan clasificados y conocidos que, creo con toda
sinceridad, soy el único que les conozco bien y que sabe que
bajo esa piel de cordero se esconden auténticos lobos con
ambición desmedida, capaces de devorar incluso a sus mejores
amigos, con tal de conseguir el objetivo propuesto.
El tiempo, ese que pone a cada uno en el lugar que le
corresponde, me dará o me quitará lar razón sobre mi
particular opinión, de estos depredadores sin conciencia.
Por otro lado me alegra infinito que algunos pelotas y
lameculos hayan abierto los ojos a la realidad.
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