No pudo ser. Ceuta estuvo muy cerca de dejar su nombre en lo
más alto de un Campeonato de España, y dejar su nombre
escrito con letras de oro. Sin embargo la falta de
definición provocó que Castilla y La Mancha, la otra
finalista, obtuviese tal honor. A pesar de ello, el simple
hecho de haber llegado a toda una final, y aún más
habiéndose enfrentado a las subcampeonas Cataluña, Madrid y
la que era hasta ayer campeona Andalucía, convierte en un
hecho histórico el segundo puesto que nuestra selección
consiguió en Almuñecar.
En el primer minuto, y casi como norma habitual e inflexible
por lo sucedido durante el campeonato, Ceuta encajó el
primer tanto. En esta ocasión, después de que Álvaro
consiguiese aprovecharse de un robo de balón y batiese a
Nono. Este jarro de agua fría no hizo mella en los jugadores
caballas, que de nuevo demostraron su casta y se lanzaron en
busca del empate. Sin embargo, y aquí es donde cambia el
guión, nuestra selección no tuvo el acierto de otros
partidos.
Durante los minutos posteriores al primer gol Ceuta pudo
empatar e incluso remontar el partido, con ocasiones claras
de Hamza y Rubén, aunque la que estuvo más cerca de
transformarse en gol fue la que tuvo Halid en una contra que
desaprovechó, poniendo más corazón que cabeza, mandando el
balón por la línea de fondo.
Dos minutos más tarde, Castilla se aprovechó de la
recuperación de una balón en un córner botado por los
ceutíes para que, en un rápido contragolpe, Luis marcase el
segundo. Ceuta lo siguió intentado durante los tres minutos
que restaban para la finalización de la primera mitad, pero
de nuevo la fortuna estuvo lejos de aliarse con ella,
llegándose al descanso con ese marcador.
En la segunda mitad los ceutíes salieron con la única idea
de recortar distancias lo antes posible para tener tiempo de
la remontada. De esta forma Rubén, a los dos minutos de la
reanudación, tuvo en sus botas una gran ocasión que
finalmente no pudo convertir en gol al mandar el balón
fuera. El cansancio acumulado, y las bajas de Fran León, por
sanción, y de Chito, por una grave lesión en la rodilla de
la que deberá ser operado la próxima semana, provocaron que
los caballas acusasen el enorme desgaste físico y encajasen
el tercero, obra de Edu, en una rápida contra.
Pocos minutos después, Castilla y La Mancha dejaba el
partido casi sentenciado al marcar dos tantos, de José
carlos y Álvaro, en apenas algunos segundos de diferencia.
Sin embargo la casta y el orgullo caballa no desaparecieron
en ningún momento del José María García y, apoyados por una
enorme afición desplazada desde nuestra ciudad, los ceutíes
se estrenaban después de que Oncina recibiese un balón en la
frontal del área y batiese de disparo potente y raso, a la
media vuelta, al guardameta Ismael.
Quedaban doce minutos y cuatro goles que remontar, pero
después de lo sufrido y vivido durante el campeonato
cualquier cosa podía pasar. Fran Teruel saltó al parqué como
portero-jugador y el dominio pasó a ser única y
exclusivamente de la selección caballa. Sin embargo Álvaro
se aprovechó de esa situación y, viendo al meta adelantado,
lanzaba un zapatazo que se introducía, por sexta y última
vez, en la portería ceutí.
Ya a falta de cuatro minutos Ceuta volvió a marcar, de nuevo
a través de Oncina después de que se aprovechase de un pase
al segundo palo de Hamza. Tras el gol no hubo tiempo para
mucho más y el partido concluía con un 2-6 que no reflejaba,
ni de lejos, lo que realmente se había vivido durante el
encuentro.
Ceuta puso la garra y las oportunidades y Castilla y La
Mancha la efectividad y los goles, convirtiéndose finalmente
en el campeón de España sub-15. A pesar de ello, nuestra
selección regaló emoción e ilusión allí por donde jugó, y
demostró que en el próximo campeonato, ya como juvenil, será
un serio candidato para convertirse en la próxima campeona
de España.
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