¿Por qué en Madrid se abre un proceso rápido y en Ceuta no?.
La Gestora de la FSM que deberá realizar un trabajo duro,
serio está dirigida por personas “capaces” seleccionadas,
dicen los que lo conocen, desde Moncloa. La figura de
Narbona al frente de la misma indica aspectos
clarificadores. Conclusión: Madrid es muy importante para
Ferraz, Ceuta no. Y esto parece ser así desde el momento en
que se ha permitido que la Gestora de Daóiz esté formada por
personas cercanas, muy cercanas a la “noble” Palomo [como la
calificaría García-Arreciado] pese a que ésta ha abanderado
el fracaso conjuntamente con Enrique Moya que, pese a ello,
ha sido ‘premiado’ con el control de una sede a la que le ha
cambiado las cerraduras y ha ubicado cámara de vigilancia en
su exterior [aunque se haya criticado hasta la saciedad,
desde esas siglas, la intención del gobierno de Ceuta de
ubicar cámaras por la ciudad].
Un partido como el PSOE, abierto siempre al diálogo, a la
reflexión, a las diferentes opiniones internas pero con un
frente siempre en común; capaz de afrontar la realidad desde
la visión más progresista, ha caído con descaro en la
dictadura del mando supremo: “la sede es sólo de los de
nuestro entorno y ‘no pasarán’ aquellos que disienten de
nosotros”, parecen querer decir con esta actitud, los que
siguen ejerciendo de escuderos de la ex secretaria general
quien con sombra muy alargada continúa hilvanando puntadas
con la mano de Moya.
Los llamados ‘críticos’ con el poder de Daóiz, es decir los
‘traidores’, según los del poder de Daóiz, procuran ahora
recabar firmas suficientes como para, como ellos aseguran
“contribuir a la salida de la crisis con la participación de
toda la militancia”. Es el objetivo que se marcan. Ese y el
de hacer ver al secretario de organización y coordinación de
la Ejecutiva Federal, José Blanco que la Gestora debe
ampliarse para que cuente con una representación de toda la
militancia, y no sólo de la parte de la Ejecutiva saliente y
fracasada electoralmente hablando.
Y es que, lo dijo perfectamente el célebre escritor, Joan
Fuster, “el fracaso no se improvisa”. Los gestos, las
actitudes, los métodos utilizados que se han puesto en
práctica tienden directamente al fracaso absoluto. Sembrar
vientos es lo que tiene.
Vivir de espaldas a la realidad del progresismo ceutí,
erigiéndose en la única posibilidad de este segmento
político, es un error de bulto que ha propiciado este
cataclismo en el PSOE de Ceuta. Y todo ello pese a que,
veinticinco años después de que lo hiciera oficialmente
Suárez, viajara hasta nuestra ciudad el presidente Zapatero.
Quien no ha sabido capitalizar para sí tal gesto, no merece
continuar por un simple principio de amor propio. La salida
del INEM, con sus dimes y diretes, y su primera derrota
‘electoral’ para la dirección del CPR, han hecho de Enrique
Moya un elemento que traslada la imagen de estar aferrado al
último clavo ardiendo de sus presuntas aspiraciones
político-personales. ‘Su’ minuto de gloria tiene visos de
catástrofe no improvisada, claro está.
El PSOE de Ceuta se encuentra dividido entre quienes, desde
dentro de la anterior Ejecutiva se han enfrentado al ínclito
Moya [quien ya procura segar la vida política de un joven y
apasionado militante socialista Gonzalo Sanz] y los que sí
consideran que la unidad de la izquierda en Ceuta es
necesaria.
Mientras que en Madrid, Alfonso Perales acuerda con
Izquierda Unida, la gestión de más de 400 municipios en “una
unión entre fuerzas progresistas”, aquí el sector aferrado a
la oficialidad del mando en Daóiz desoye y se muestra
inflexible a la hora de, si quiera, plantearse como
posibilidad el hecho de ‘hablar’ con otros sectores de la
izquierda de nuestra ciudad en la errónea creencia de ser
los hegemónicos de esta franja política.
Que Madrid debiera actuar de inmediato es un hecho claro,
salvo que le interese más bien poco el que las siglas se
diluyan en esta Ciudad Autónoma como adelantaba el diputado
del PP, González Pérez. ¿Qué ocurre pues?... El delegado del
Gobierno intenta defender ideas positivas en público que
concuerdan poco con la realidad de lo que sucede en privado.
El control del partido en Ceuta se escapa casi de las manos
cuando en la Gestora y en el entorno de Palomo sólo vale
opinar como ellos. El que opte por discrepar y manifestar
opinión distinta, es estigmatizado de inmediato y apartado.
O con ellos, o en contra; Moya ha demostrado, y con él todos
los que le rien la gracia, que unas centenarias siglas
pueden hacer fácilmente el ridículo en Ceuta, por mal que
les pese a los que perciben una izquierda distinta, incluso
desde dentro del PSOE ceutí.
Joan Fuster, eminente escritor valenciano que reflejó con
gran sarcasmo la sociedad civil y política, ya dijo que el
“fracaso no se improvisa”.
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