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OPINIÓN - SÁBADO, 9 DE JUNIO DE 2007

 
OPINIÓN /POSICIÓN A

El fracaso no se improvisa

Por Antonio Gómez


¿Por qué en Madrid se abre un proceso rápido y en Ceuta no?. La Gestora de la FSM que deberá realizar un trabajo duro, serio está dirigida por personas “capaces” seleccionadas, dicen los que lo conocen, desde Moncloa. La figura de Narbona al frente de la misma indica aspectos clarificadores. Conclusión: Madrid es muy importante para Ferraz, Ceuta no. Y esto parece ser así desde el momento en que se ha permitido que la Gestora de Daóiz esté formada por personas cercanas, muy cercanas a la “noble” Palomo [como la calificaría García-Arreciado] pese a que ésta ha abanderado el fracaso conjuntamente con Enrique Moya que, pese a ello, ha sido ‘premiado’ con el control de una sede a la que le ha cambiado las cerraduras y ha ubicado cámara de vigilancia en su exterior [aunque se haya criticado hasta la saciedad, desde esas siglas, la intención del gobierno de Ceuta de ubicar cámaras por la ciudad].

Un partido como el PSOE, abierto siempre al diálogo, a la reflexión, a las diferentes opiniones internas pero con un frente siempre en común; capaz de afrontar la realidad desde la visión más progresista, ha caído con descaro en la dictadura del mando supremo: “la sede es sólo de los de nuestro entorno y ‘no pasarán’ aquellos que disienten de nosotros”, parecen querer decir con esta actitud, los que siguen ejerciendo de escuderos de la ex secretaria general quien con sombra muy alargada continúa hilvanando puntadas con la mano de Moya.

Los llamados ‘críticos’ con el poder de Daóiz, es decir los ‘traidores’, según los del poder de Daóiz, procuran ahora recabar firmas suficientes como para, como ellos aseguran “contribuir a la salida de la crisis con la participación de toda la militancia”. Es el objetivo que se marcan. Ese y el de hacer ver al secretario de organización y coordinación de la Ejecutiva Federal, José Blanco que la Gestora debe ampliarse para que cuente con una representación de toda la militancia, y no sólo de la parte de la Ejecutiva saliente y fracasada electoralmente hablando.

Y es que, lo dijo perfectamente el célebre escritor, Joan Fuster, “el fracaso no se improvisa”. Los gestos, las actitudes, los métodos utilizados que se han puesto en práctica tienden directamente al fracaso absoluto. Sembrar vientos es lo que tiene.

Vivir de espaldas a la realidad del progresismo ceutí, erigiéndose en la única posibilidad de este segmento político, es un error de bulto que ha propiciado este cataclismo en el PSOE de Ceuta. Y todo ello pese a que, veinticinco años después de que lo hiciera oficialmente Suárez, viajara hasta nuestra ciudad el presidente Zapatero. Quien no ha sabido capitalizar para sí tal gesto, no merece continuar por un simple principio de amor propio. La salida del INEM, con sus dimes y diretes, y su primera derrota ‘electoral’ para la dirección del CPR, han hecho de Enrique Moya un elemento que traslada la imagen de estar aferrado al último clavo ardiendo de sus presuntas aspiraciones político-personales. ‘Su’ minuto de gloria tiene visos de catástrofe no improvisada, claro está.

El PSOE de Ceuta se encuentra dividido entre quienes, desde dentro de la anterior Ejecutiva se han enfrentado al ínclito Moya [quien ya procura segar la vida política de un joven y apasionado militante socialista Gonzalo Sanz] y los que sí consideran que la unidad de la izquierda en Ceuta es necesaria.

Mientras que en Madrid, Alfonso Perales acuerda con Izquierda Unida, la gestión de más de 400 municipios en “una unión entre fuerzas progresistas”, aquí el sector aferrado a la oficialidad del mando en Daóiz desoye y se muestra inflexible a la hora de, si quiera, plantearse como posibilidad el hecho de ‘hablar’ con otros sectores de la izquierda de nuestra ciudad en la errónea creencia de ser los hegemónicos de esta franja política.

Que Madrid debiera actuar de inmediato es un hecho claro, salvo que le interese más bien poco el que las siglas se diluyan en esta Ciudad Autónoma como adelantaba el diputado del PP, González Pérez. ¿Qué ocurre pues?... El delegado del Gobierno intenta defender ideas positivas en público que concuerdan poco con la realidad de lo que sucede en privado. El control del partido en Ceuta se escapa casi de las manos cuando en la Gestora y en el entorno de Palomo sólo vale opinar como ellos. El que opte por discrepar y manifestar opinión distinta, es estigmatizado de inmediato y apartado. O con ellos, o en contra; Moya ha demostrado, y con él todos los que le rien la gracia, que unas centenarias siglas pueden hacer fácilmente el ridículo en Ceuta, por mal que les pese a los que perciben una izquierda distinta, incluso desde dentro del PSOE ceutí.

Joan Fuster, eminente escritor valenciano que reflejó con gran sarcasmo la sociedad civil y política, ya dijo que el “fracaso no se improvisa”.
 

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