Ayer regresé de mi periplo por
tierras de Huesca, embriagada de románico, Juzgados
semidesiertos y rosales reventones okupando parterres y
alfeizares, okupas perfumados y bellísimos, nada que ver con
la escoria de los antisistema. Embriagada de románico y
saturada del monotema de “la ruptura de la tregua-trampa” y
la encarcelación del paseado de Juana Chaos.
La presión es importante y no entiendo como, los asesores
presidenciales y los politólogos (¿existe en España algún
politólogo de prestigio? Me informen porque lo ignoro y en
este caso, la ignorancia no es ciega sino miope y usa
lentillas blandas) es decir, como la fauna que se supone que
cobra por parir ideas, no ha encontrado algún escape, exit,
para aliviar el grado generalizado de ansiedad. Y me estoy
refiriendo a “algo” relacionado con las tertulias de la
casquería del corazón, el Tomate y la actualidad de vísceras
rosas, esa que tanto condiciona los sentires populares,
porque entretiene y da de que hablar. De hecho, cuando no
existen noticias los politólogos tienen que aliarse con los
plumillas y “crear” o “fabricar” la noticia para echar
carnaza fresca al imaginario colectivo. Lo más adecuado
sería encarcelar a algún famoso, la detención de Al Kassar
no sirve, porque da de que hablar pero, supongo que, los
cargos, deben ser bastante fantasmagóricos y aunque saldrán
fotos suyas y de su bella esposa en prensa hubiera sido más
morboso y con más tirón popular el descubrirle algún tipo de
secreto terrible a Carmen Sevilla, a Marujita Díaz o meter
en Alhaurín a la Pantoja o a su hijo el Paquirrín, o incluso
a Bernardo, el hermano de la tonadillera. Los españoles,
cuando nos calentamos, necesitamos desfogar con gritos en
los bares, expresiones de sorpresa ante los televisores y
mucho darle a la sinhueso en tertulias improvisadas, de esas
que crean opinión. De hecho, cuando los mierdas del Imperio
Romano vinieron a invadirnos y nos encontraron con un
idioma, unas leyes y unos ritos de más de tres mil años de
antigüedad, también encontraron a un pueblo: el español,
capaz de pasar del momento sublime al chismorreo de taberna,
del heroísmo numantino a la guasa más feroz. Cuestión de
arquetipos y del Dios que nos parió. Pero no somos eslavos,
capaces de sufrir indefinidamente la tragedia con
estoicismo, sino infinitamente más vivaces en el plano
espiritual. ¿Algo noticiable? Pues no sé… Algo como que, al
de Juana le han puesto con los presos comunes en un módulo
normal de cumplimiento y, sus colegas, le han propinado una
capujana y encima le tienen en huelga forzosa de hambre
porque le roban la bandeja y los cartones del peculio, así
que no puede comprar ni yogures ni latas de sardinas. Una
luz en medio de la incómoda sombra de las amenazas de los
zarrapastrosos de Eta, en virtud de los que habrían de
materializar el deseo innato del pueblo soberano de que, se
rescaten, modifiquen y actualicen leyes perfectamente
válidas como la Ley de Vagos y Maleantes y la Ley de
Peligrosidad Social, para aplicárselas junto a la Ley de
Partidos.
Y una iniciativa conmovedora, tipo “Al primer atentado, so
hijoputas, os meto a los Tercios de Ceuta y de Melilla en el
norte y os van a brear por mor de la integridad de la Patria
y de nuestra Constitución” ¿A quien no ilusionaría “algo”
así? Yo, viendo a los caballeros legionarios desfilando por
Bilbao cantando “El novio de la muerte” me hartaría de
llorar y de aplaudir ante la pantalla, porque, como miembro
del pucherete ibérico, me tiran los momentos sublimes, el
enmudecer de emoción y aborrezco los amuermantes monotemas y
las ñoñas opiniones de los cuatro sabiondos que pontifican
desde articulejos de opinión. Exit, por favor.
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