El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha
procesado a 32 de los detenidos en la 'Operación Tigris',
desarrollada por la Policía en junio de 2005, como
responsables de la captación y adoctrinamiento de personas
para convertirse en 'mujahidines' en Irak. Cinco de los
procesados ya fueron detenidos en su día por el juez
instructor de los atentados del 11 de marzo de 1004 en
Madrid, Juan del Olmo.
La 'red Tigris' se articula en cuatro grupos perfectamente
definidos en Madrid, Barcelona, Valencia y Ceuta, además de
un grupo mixto con miembros de Madrid y Barcelona en torno
la la figura de Mohamed Laarbi Ben Sellam, para quien la
Fiscalía pide 27 años de cárcel en el juicio que actualmente
se celebra en la Audiencia Nacional por los atentados en
Madrid. Ahora se le procesa por hechos posteriores a la
masacre.
La instrucción realizada por el titular del Juzgado Central
de Instrucción número 5 concluye que la red 'Tigris' estaba
vertebrada con un objetivo común, que era el envío de 'mujahidines'
desde la Península Ibérica a Irak, con el objetivo añadido,
en el grupo de Ceuta, del tráfico de armas y de drogas.
Comunicación por e-mail.
Los integrantes de las 'células' se comunicaban a través de
un amplio entramado de correos electrónicos mediante los que
se transmitían instrucciones, claves o consignas, además de
apoyo financiero. También utilizaban los 'e-mail' para
coordinarse con sus líderes en Siria y Marruecos,
representados específicamente por Filali Ouali en el Reino
Unido, que fue quien puso en marcha esta red.
Garzón añade que utilizaban un sistema de 'microfinanciación'
por medio de delitos comunes, tráfico de estupefacientes,
aportaciones en especie (teléfonos móviles) o con pequeñas
cantidades remitidas directamente a los miembros de la red 'jihadista'
que lo precisaban para obtener los fines propuestos.
Del total de procesados, 19 lo han sido por un delito de
integración en organización terrorista, mientras que el
resto son acusados de colaboración. A dos de ellos también
se les imputan delitos de falsificación, y a Abdelbarie
Sahane de tráfico de estupefacientes.
Órdenes de captura
Del total de procesados, seis de ellos se encuentran huidos,
se trata de Muhsin Kahybar, Abd-Al-Hay-Al Assas, Filali
Ouali, Khaled Abidi, Jamal Lamnonar y Niyaz Valiakhmetov,
para quienes Garzón ha dictado las correspondientes órdenes
de busca y captura internacional a efectos de extradición.
Trece de los procesados deberán seguir en prisión preventiva
(Samir Tahtah, Said El Mazmouzi, Ridouane El Ouarma, Dirss
Belhadi, Kamal Ahbar, Yaogoub Guemereg, Mohamed Larbi Ben
Sellam, Tarek Hamed Hamu, Mohamed El Idrissi, Bilal El Saiti,
Omar Hamed, Mustafa Mohamed Abdeselam y Abdelmalik Abdeselam
Amar), mientras que Garzón ha acordado la libertad bajo
fianza de otros cuatro bajo fianza de 6.000 euros (Mustafa
Filali, Abdelbarie Dahane, Abdelatif Nakkabi y Abdenneri
Esebar), siempre que se comprometan a presentarse
semanalmente en el juzgado más próximo a su domicilio y no
abandonen España.
Otros nueve de los detenidos en esta operación seguirán en
libertad provisional. Se trata de Fouad Dkikar, Hassan
Amrani Boukhorza, Mohamed Saad, Farouk Abidi, Mohamed Saadi,
Younes Raheb, Ahmed El Assas, Mustafa Roumane y Omar
Boulaich Lyazide.
Todos los procesados comparecerán ante Garzón los próximos
días 14 y 29 para que les sea comunicado su procesamiento, y
deberán depositar ante el Juzgado Central de Instrucción
número 5 la cantidad de 3.000 euros para hacer frente, de
ser finalmente condenados, a las eventuales
responsabilidades pecuniarias que pudieran fijarse en la
sentencia, 'debiéndose constituir fianza bastante o embargo
de bienes o declaración de insolvencia'.
Entre los indicios contra ellos Garzón destaca los análisis
de los grupos de inteligencia policiales, sus declaraciones,
reconocimientos fotográficos, el resultado de los registros
practicados en cada uno de los domicilios, el de las
comisiones rogatorias cursadas en esta causa y,
especialmente, el contenido de los corremos electrónicos
cruzados entre la mayoría de los componentes de la red 'Tigris'.
Conexiones 11-M
En la célula de Madrid, el representante más significativo
era Raoumane, que prestaba cobertura al dirigente del grupo
de Barcelona Filali Ouali a través de la cuenta de correo 'Baracco'.
Otro de los miembros de esta célula Boulaich, alertó a Ouali
de que la policía podría estar investigándolo por el 11-M.
Garzón vincula a El Idrissi, que vivía en el barrio
madrileño de Villaverde, con Larbi Ben Sellan, quien llamó
al primero desde Barcelona y le pidió dinero tras huir de la
capital tras la masacre de marzo de 2004. Ambos
intercambiaron correos, se vieron en Barcelona y después se
citaron en Villaverde Alto, donde El Idrissi entregó a Ben
Sellam 200 euros para que pudiera viajar a Irak.
Cuando en sus conversaciones ambos hablaban de 'montar en el
taxi para ir a Francia' querían decir, 'trasladarse a Irak
para realizar un acto suicida'; y cuando hablaban de 'ir al
trabajo' se referían en realidad a 'cometer una acción
terrorista suicida', según concluye el juez instructor en su
auto.
Por su parte, Hassan Amrani Boukhorza acogió a Ben Sellam en
su domicilio de la calle Magnolias de Sabadell conociendo
que éste había huido de la policía por su vinculación con el
11-M y le guardó CD'S con contenidos jihadistas adquiridos
en Maruecos.
Otra de las las principales figuras de la red en España era
Abidi, que firmaba sus correos como Abbas, que remitió
diferentes transferencias bancarias a Dahane por importes
que variaban de los 150 a los 500 euros
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