Ha llegado el final de la Feria de
San Isidro en Las Ventas de Madrid. Y se cierra todo con la
Corrida de la Beneficencia, una corrida que siempre fue el
broche de oro de esta feria, pero en esta ocasión, salvo un
poco de dulce al final, todo lo demás fue “amargor” desde el
principio.
Este año un solo matador, no lo entiendo, Morante de la
Puebla, y no es que haya sido la primera vez que se ha
encerrado con los seis toros un solo matador, pero lo más
normal ha sido, que ya no es, que en esta corrida torearan
los verdaderos triunfadores de la feria, cosa que no se ha
dado con Morante.
Sobre el papel, una corrida con “mucho arte” y ya se sabe lo
que pasa con este tipo de corridas, que si no sale el toro
bobalicón y sin peligro, el arte se va al río y el festejo
se queda en un bostezo continuo, con lo que la tarde estuvo
“aguachinada”, salvo en el último toro.
Seis toros, es un decir, muy seleccionados, pero que salvo
el último de Núñez del Cubillo no daban la talla para
Madrid, y más de uno hace una semana, en plena feria hubiera
sido devuelto a los corrales. Además el “maestro” fiel
reflejo de su apoderado, Rafael de Paula, por mucho que la
televisión de Andalucía quisiera resaltarlo, no pasó de
estar ahí, sin entrar de lleno hasta el final, y dejando la
imagen de ser fino estilista, pero ..., muy poco más.
Tras ver el cartel, con un solo espada, ya reseñado y con
las divisas de Gavira, Román Sorondo ( 2º y 5º), Ana María
Bohórquez, Rosario Osborne y Núñez del Cubillo, lo primero
que pensamos:” Esta tarde hay petardo”. Casi acertamos, y no
hicimos pleno por aquello de que el último toro dejó hacer
algo y Morante hizo algo, pero menos de lo que refleja la
oreja cortada en Madrid. Porque en Madrid no son muchas las
veces que se ha cortado una oreja entrando a matar dos
veces, con un bajonazo en la primera entrada. Esa faena y
ese final en San Isidro hubiera sido para saludos y poco
más, en la Beneficencia “arrancó” una oreja ... .
Si no me gustó que actuara un solo matador y que además no
tuviera el detalle de dejar hacer un quite a ninguno de los
dos sobresalientes, al cordobés Alejandro Castro y al
salmantino, mi amigo, Miguel Angel Sánchez, menos me gustó
que entre las divisas que se lidiaron no estuviera también
Dolores Aguirre, Cebada Gago, Victorino Martín y no digamos
Valverde, Mihura, Partido de Resina..., claro que eso ya
hubiera sido mucho “arroz para un solo pollo”. De la forma
que lo hicieron, aparentemente, cumplieron con unos toros de
más peso que fuerza y sin dar la talla, nada más que en el
último.
El Rey en el palco de honor, con la presidenta de la
Comunidad Esperanza Aguirre, que si no se aburrieron,
saldrían con la misma sensación que los que nos quedamos
ante el televisor perdiendo el tiempo, no porque el festejo
se alargara mucho, sino por el percance de Morante en el
quinto, al que no mató, por tener que pasar a la enfermería
por una cogida muy típica de esta clase de festejos.
El festejo, tampoco, se dio en TVE, menos mal a que las
autonómicas, como Canal Sur, Tele Madrid, Canal Nou u otras
sirvieron las imágenes con una buena realización.
Está claro que el realizador supo captar lo que había, pero
por muy bueno que sea no se puede inventar nada y el
espectáculo servido, salvo en el sexto toro, fue de
aburrimiento para las ovejas, y con falta de categoría para
una plaza como la de Madrid y para una corrida de esta
categoría.
La plaza llena, eso es normal en estas corridas, pero lo
demás “poco ruido y menos nueces”.
Y uno mirando hacia atrás tiene que recordar festejos como
este lidiados por Antonio Bienvenida, Paco Camino, El Niño
de la Capea, Paco Ruiz Miguel ..., y hay que decir:
“cualquier semejanza entre una y las otras es mera
coincidencia”, especialmente si nos volvemos a la de 1970
¡¡ya ha llovido!! con Paco Camino que dio un recital de buen
toreo, como pocas veces se ha visto.
En la de este año estábamos de rebajas y eso que por Madrid
han pasado Castella, Talavante, el Juli ..., claro que
también hay que aclarar que ahora las prieras figuras van
una o dos tardes a Madrid, a pasarlas moradas porque se les
exige como primeras figuras, en esas actuaciones se hacen un
sitio más para otra temporada y luego ya “ de pueblo en
pueblo”, pero a Madrid “ que vaya el alcalde”, son las
figuras de hoy, puro marketing y poco más.
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