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OPINIÓN - VIERNES, 8 DE JUNIO DE 2007

 

OPINIÓN / ALGO MÁS QUE PALABRAS

Vivir para ver (I)
 


Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
 

Mientras una revista británica ve en Victoria Beckham un ejemplo para conseguirlo todo en la vida, otros divisan en los números sombras de nuestra propia vida cotidiana, por poner ejemplos actuales sobre la manera de catar la existencia. Sin duda, la audacia del guerrero juega su baza, unas veces haciéndose el idiota y otras siéndolo de verdad. Imagínese ese día en el que ya no hay más días para nosotros. Curiosamente, en ese laberinto de números, los violentos hacen sus cábalas. Y, bajo el mismo chismorreo, la furia del consumo nos quiere imponer un fanático modo de triunfar que hace del ser humano un verdadero figurín. Todos estos arrebatos que cimbrean sobre la vida y sobre la libertad del ser humano, han crecido sobre la mentira. Ni Victoria Beckkaam es un ideal, sino una persona con sus defectos y virtudes; ni tampoco los dígitos son nada sin el ser humano.
En todo caso, lo que viene pegando fuerte es el recurso de los incompetentes, los endemoniados dioses del poder, dispuestos a utilizar todo tipo de violencias para imponer sus imágenes. Si por lo menos utilizasen los espejos del arte para sus ocurrencias, en vez de los otros espejos, estoy seguro que, tanto las proposiciones matemáticas como las proposiciones de belleza, serían puro poema. En el fondo, todo este cúmulo de visiones tienen un denominador común: provocar desasosiego e incertidumbre.

Bajo el cheque del miedo se pierde todo crédito, ya uno no sabe lo que es ni lo que quiere ser, se ha quedado sin juicio para el discernimiento. Porque tan violencia es intentar modificar nuestro comportamiento como recluirnos a la nada. A los violentos les importa un rábano la vida, se crecen cuando generan conflictos. Son sembradores del terror, al que abonan con amenazas y chantajes. Liberarse de ellos no es fácil, exige una buena dosis de paciencia y templanza. Bajo sus redes, no hay justicia ni libertad. Para empezar, hay que negarle todo los apoyos.
 

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