Con “media docena” de crisis con Gestoras incluidas a sus
espaldas, el delegado del Gobierno se refirió ayer al trance
que está pasando el PSOE regional desde el pasado 27 de mayo
como una coyuntura de la que debería salir “fortalecido”.
“En estas situaciones el partido se renueva, el debate se
anima, se estimula, aparecen visiones distintas dentro de
una visión conjunta del papel del partido socialista en la
sociedad y de la función que nos corresponde porque esto,
naturalmente, no es un cuartel”, apuntó García Arreciado,
quien atribuyó a la Comisión que preside Enrique Moya el
papel crucial de “organizar un Congreso donde se capten
ideas, se contrasten estrategias y se defina una nueva
política para el partido para los años siguientes”.
“Esta no es una situación excepcional en el PSOE”, dijo el
onubense, quien recordó que “ha ocurrido en todas las
federaciones y seguirá ocurriendo” y habló de la dimisión de
Palomo, origen de la caída de su Ejecutiva como de “una
causa noble”: “La secretaría general entendió que con los
resultados del día 27, de los que era responsable como
secretaria general y como cabeza d ela candidatura, debía
dejar paso a que los militantes del partido estableciesen
opciones para el futuro distintas, las mismas o
alternativas, porque eso es lo que se tiene que dilucidar a
lo largo de estos meses”.
El Congreso de Zapatero
Para justificar sus buenos deseos Arreciado se remontó al
Congreso Federal que permitió el acceso a la Secretaría
General del PSOE de Zapatero: “En general, los partidos con
base social, raíces, historia y experiencia salen
fortalecidas de estos procesos aunque al principio pueden
inducir a la opinión pública a una situación de desconcierto
e incluso de pérdida de fuerza”, disertó. “La experiencia
demuestra que no es así y la última crisis del PSOE alumbró
a José Luis Rodríguez Zapatero, actual presidente del
Gobierno de la nación”.
Finalmente, y sobre las distintas soluciones dadas a las
crisis de la Federación Socialista Madrileña y a la del PSOE
ceutí el delegado habló de “escalas”: “La definición de la
fecha y del carácter del congreso tendrá que ser de acuerdo
entre la Gestora y la Ejecutiva Federal; el escenario de
Madrid es un problema de escalas radicalmente distinto al de
Ceuta”, argumentó, por lo que a su juicio “no sería extraño
que se den soluciones distintas para dos problemas que
tienen la misma base pero que tienen dimensión completamente
distinta”.
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