Nunca voy a renunciar a mi forma
de ser y entender las cosas ni, por supuesto, a la opinión
que me merecen ciertos personajes y algunos que otro
personajillos a quienes la tómbola de la vida les entregó la
gorra y el pito con mando.
Renunciar a ello, sería tanto como traicionare a mi mismo. Y
eso jamás lo haré, porque si hay algo en la vida, que me
llena de orgullo, es haber sido siempre fiel, equivocado o
no, a mis pensamientos y a mis ideas. Unos pensamientos y
unas ideas que me han llevado, desde que vine a este mundo,
a tener la libertad y la independencia por la que todo el
hombre lucha.
A esa libertad y esa independencia, unidas a que nada tengo
que agradecer a nada ni a nadie es lo que me permite, cada
día, decir lo que pienso sin tener que estar sometido a
presión alguna ni soportar los caprichos de nadie. A veces,
no lo pongo en duda, hay opiniones que merecen la
reprobación de algunos personajillos, polítiquillos del tres
al cuarto que no aceptan la menor de las criticas al tener,
el pleno convencimiento, que están por encima del bien y del
mal. Un error más que añadir a su demostrada ignorancia.
Desde esa perpectiva y dado que la formación del próximo
gobierno tendrá lugar el próximo día dieciséis, me permito
escribir que ni están todos los que son, ni son todos los
que están. Desde mi particular e intransferible punto de
vista, echo de menos como portavoz del gobierno a quien, a
mi saber y entender debería ser y no está en esa lista,
Emilio Carreiras.
Por supuesto que esto no es la primera vez que lo escribo.
Han sido muchas las ocasiones en que he escrito que
desprenderse de este político era un error de bulto.
Incluso, días antes de las elecciones, desde esta misma
página de opinión, así se lo manifestaba al reelegido, por
méritos propios, presidente de la Ciudad.
Nada me une a Emilio Carreiras, es más son contadas las
ocasiones que he mantenido alguna conversación con él, y
esas conversaciones mantenidas, pocas por cierto, han venido
a durar menos que un suspiro. Sin embargo, tengo el pleno
convencimiento de que es un político a los que hay que
conservar, siempre, al lado de la presidencia para en un
momento determinado, salir a hacerle el quite necesario. Y
en esa labor, Emilio Carreiras, era un a animal político.
Por todo ello, por creer que es de justicia hacerlo salgo,
una vez más a decir que su anulación de la lista y apartarle
del cargo de portavoz del gobierno es un gran error
político. Al César lo que es del César y a Dios lo que es de
Dios.
Como puede haber persnajillos, no dio personajes, que puedan
llegar a pensar que algo me une a Emilio Carrerias tengo que
decir y digo, que no me une a él absolutamente nada ni tan
siquiera unos lazos de amistad, por los que debido a lo que
pienso de la amistad, tenga que salir a escribir esto de su
persona. Lo diga quien lo diga, el mundo mundial, los
jóvenes y las jovenas Emilio es, simple y llanamente, un
conocido al que nada le debo ni nada me debe. Pero tengo el
convencimiento pleno, que es de justicia reconocer los
méritos que concurren en su persona.
Y sigo opinando, sin desmerecer a nadie que, Emilio, es el
mejor portavoz que han tenido los populares e insustituible.
¿O no?
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