Hacia finales de mayo y primeros
de junio la imperial ciudad de Fez, legendaria cuna
espiritual de Marruecos fundada por Mulay Idris poco antes
de su muerte en el 791, que ya en el 812 acogió a los
musulmanes expulsados de Al Andalus por los califas omeyas
de Córdoba y en la que encontró la muerte en 1528,
combatiendo montado a la jineta, el último rey nazarí de
Granada, el infortunado Boabdil, celebra desde hace años el
“Festival de Músicas Sagradas del Mundo”, acompañado de
encuentros y jornadas de notable interés.
La ceremonia de apertura de la 13ª edición tuvo lugar este
año el pasado viernes, presidido por la Princesa Lalla Salma
(la joven y atractiva esposa de Mohamed VI) acompañada de
dos invitados de excepción: Rania Al-Abdullah, Reina de
Jordania (y, por extensión “Reina de los palestinos”. Pues,
además de palestina ella misma ¿no es Jordania en gran
medida un Estado palestino…) y Bernadette Chirac, esposa del
ex mandatario francés, amigo incondicional de Marruecos y
con intereses personales en el país.
Durante los “Encuentros de Fez” el soberano alauí, Mohamed
VI, aprovechó una vez más tanto en su papel de Jefe del
Estado como de guía espiritual del país como “Comendador de
los Creyentes”, para llamar la atención sobre su país en un
mensaje sobre “Lo sagrado y la modernidad” como un referente
para “Un Islam medio y moderado, aliando la lógica de la
razón y la luz de la fe”, “ un confluente de civilizaciones
y convergencia de culturas”, enfatizando en un notable
discurso leído el sábado por Mohamed Mouatassim su esfuerzo
personal por hacer de Marruecos “un modelo de sociedad,
fundado sobre el reforzamiento de los derechos humanos y la
consolidación del Estado de derecho”.
Si en este Marruecos de las cuatro culturas (la amazigh, la
romana, la árabe y la andalusí) en la que, por razones
obvias, el predominio árabe es notorio pese a lo cual
Mohamed VI ha patrocinado de forma compensatoria el IRCAM
(Instituto Cultural de Cultura Amazigh), se sigue dejando
notar la creación de un instituto dedicado a lo “andalusí”
(el alma “española”, morisca y judía) que proyecte en la
sociedad sus raíces y su dinamismo, abrazando culturalmente
(junto a la huella latina) las dos orillas del viejo
Mediterráneo.
Según un conocido proverbio popular “la música amansa a las
fieras”. Y si, como dijo Hobbes, “El hombre es un lobo para
el hombre” sea bienvenido este festival de Fez que, por su
alta calidad, ha trascendido hace tiempo las fronteras de
Marruecos convirtiéndose en un prestigioso exponente
cultural de elegante tolerancia a nivel internacional.
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