Un final donde las lagrimas se mezclaron con las risas, la
felicidad y los cantos.
Cuando uno se encuentra sobre la pista y ve como doce leones
defienden la camiseta de su equipo con el orgullo y el
coraje de saber que están defendiendo a la ciudad de Ceuta,
a nuestros colores caballas. Como a más de 700 kilómetros
fuera de sus domicilios, de sus familiares, trabajan en
grupo, formando una familia, demostrando su compañerismo y
escuchandose gritos antes del comienzo del encuentro tales
como, ‘Vamos por ellos, somos los mejores’, ‘por el Ceutí y
sobre todo por Ceuta’, se siente uno el hombre más feliz y
se manifiesta más profundamente el orgullo de ser caballa,
de ser de Ceuta, porque este sentimiento que sentimos los
ceutíes cuando salimos a competir fuera de nuestra ciudad es
inexplicable.
Los minutos del partido pasaban y la incertidumbre en el
marcador y el buen juego de los deportivistas, hacían
silenciar el polideportivo.
Munir es el encargado de darle la vuelta al marcador con dos
goles geniales , el estadio enmudecía y el banquillo caballa
cantaba los goles con tanto poderío que parecía escucharse
en nuestra ciudad, los móviles se volvían locos, llamadas de
todos para ver como iba el encuentro.
Con el público melillense volcado con los suyos y cuando los
melillenses buscaban el tanto del empate que le daba la
clasificación, llegaron los dos golazos de la tarde noche,
Rafa desde casi el centro de la pista engancha un volea que
sale como un misil raso y a la siguiente jugada Munir
delante del portero, demuestra su calidad y lo dibla
marcando a puerta vacía, en ese momento todos los caballas
saltan de alegría y se abrazan.
Pero quedan cinco minutos de mucho sufrimiento, los
gimnásticos se vuelcan al ataque y crean numerosas
oportunidades, pero unas veces la defensa deportivista y
otras el genial Antonio impiden que la portería caballa sea
perforada.
A falta de tres minutos marcan los melillenses y los ceutís
ven peligrar el partido.
Pero la calidad de los deportivistas y el estar curtidos en
mil batallas deportivas hacen que lleguen a los últimos
minutos aguantando el marcador, con toque y sin perder los
nervios, hasta que el marcador marcaba el doble cero y los
deportivistas se proclamaban campeones.
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El deportivo demostró de nuevo su calidad
A falta de cinco segundos para la
finalización del partido se produjo una agresión de un
jugador melillense al cierre del conjunto deportivista.
La tarjeta roja caldeó los ánimos en la afición melillense y
a la finalización del partido se produjo una invasión de
pista, que pudo poner en peligro la integridad de los
nuestros.
Pero la rápida actuación de los directivos del Gimnástico de
Melilla impidió males mayores.
Los caballas recibieron dentro de su vestuario la copa que
lo acredita como campeón del sector y medalla para todos los
jugadores y responsables deportivistas.
Todos vibraban al grito de ‘campeones campeones’ y sobre
todo de ‘Ceuta Ceuta’ y que bien suenan esas palabras cuando
uno vence por y para Ceuta en un campo invencible hasta el
sábado, con un ceutí que lo tuvo todo en contra y que
demostró que pudo con todas las adversidades, el viaje
infrahumano, dos partidos seguidos (incomprensiblemente
pedido por la directiva unionista) y la presión de un
público que en todo momento estuvo con los suyos.
Pero el Deportivo Ceutí venció, convenció y demostró su
deportividad en tierras melillenses.
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