La Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta
sentó ayer en el banquillo de los acusados a M.M.A por un
delito contra la salud pública. Los hechos sucedieron el 21
de noviembre de 2005, en las proximidades del edificio de la
Comandancia de la Guardia Civil.
Sobre las 4:45 horas de dicho día, el acusado, según
informaron los agentes llamados a testificar, deambulaba por
la zona sin reparar mayor importancia, hasta que se encontró
con un individuo con el que intercambió, “algo a cambio de
dinero”.
El letrado de la defensa hizo especial hincapié en esta
respuesta por lo significativo de ese “cambio”, pero el
agente volvió a contestar que “le dio algo y a cambio
recibió dinero que se guardó. Éste dinero eran monedas, lo
vi claramente desde la zona de entrada de la Comandancia”,
se ratificó.
El acusado, por su parte, no negó ante el juez que tuviera
en su posesión la droga que posteriormente se le decomisó,
un total de siete papelinas de heroína, otras siete de
cocaína y una bolsita de kifi, pero explicó como defensa que
él es politoxicómano y que le ofreció una papelina al
compañero que se encontró, porque estaba con el mono. “Esto
la hacemos mucho entre nosotros para ayudarnos cuando no
tenemos dinero”, indicó M.M.A.
Los agentes informaron al Tribunal que cuando se procedió a
la detención del acusado portaba además de la droga ya
mencionada, oculta en una cajetilla de tabaco y dentro del
calcetín, la cantidad de 656 euros.
El Tribunal pidió al acusado que explicara la procedencia
del dinero y éste respondió que “en el día anterior cobré mi
sueldo, porque trabajaba en una empresa constructora, y
compré la droga que se me encontró”.
El letrado de la defensa añadió una prueba sobre el
tratamiento de desintoxicación al que está sometido desde
2003 su representado para certificar que es consumidor
habitual de la sustancias que se le intervinieron.
La defensa quiso insistir además en que la zona en la que se
detuvo a su representado es una de las que utiliza
habitualmente el servicio sanitario para ofrecer la dosis de
metadona a este tipo de enfermos por lo que mi defendido
acostumbra a realizar ese tipo de intercambios con otros
compañeros.
Diez años de prisión
El letrado de la defensa no entiende, de hecho calificó como
“barbaridad” la pena que exige para su representado el
Ministerio Fiscal. Ésta asciende a un total de 10 años de
prisión por un delito contra la salud pública.
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