La pasada semana, reflexionamos
sobre los resultados alcanzados por las diferentes
formaciones políticas en los pasados comicios. Reacciones y
análisis comparativos que confirmaban la gran acogida del
nuevo proyecto político del Partido Popular liderado por
Juan Jesús Vivas.
Proyecto político consolidado tras seis años de intenso
trabajo que han significado la transformación de nuestra
Ciudad. Muchas han sido las actuaciones realizadas en
servicios sociales, desarrollo socio-económico, servicios
públicos, infraestructuras culturales, ocio y deportivas
cuyos resultados, son totalmente visibles por la ciudadanía
quienes han desestimado todas las críticas vertidas durante
esta legislatura.
Ahora, lo prioritario es valorar y reflexionar sobre los
resultados obtenidos por otras formaciones políticas en
algunas zonas periféricas de la Ciudad. Zonas donde, la
marginalidad cultural afecta a un amplio sector de la
población fomentada por quienes deberían trabajar para
erradicar esta situación. Quizás, este sea el argumento que
justifique las referencias continuas de algunos líderes
políticos interesados en conservar este oscurantismo
eliminando cualquier posibilidad de prosperidad, condenando
a una parte importante de nuestra sociedad. Es necesario
aclarar que, las enseñanzas que permiten el acceso a los
estudios superiores y universitarios se realizan en
castellano.
Debemos señalar que, la incultura es el principal motivo de
marginalidad social y fuente de cultivo para el radicalismo
extremo. Quizás, esta sea la causa de las continuas
referencias a la enseñanza del árabe como argumento válido
en la lucha del fracaso escolar cuando, la realidad es
totalmente diferente. El fracaso escolar se produce cuando
un niño no es capaz de alcanzar el nivel de rendimiento
medio esperado para su edad y nivel pedagógico, existiendo
muchos motivos pero, obviamente, uno de ellos es la falta de
compresión de las enseñanzas recibidas.
Por ello y, al objeto de corregir esta lamentable situación
que, además provoca la llegada de nuevos miembros al
integrismo radical, las administraciones deberían trabajar
conjuntamente en la erradicación de este grave problema
social. Beneficiando positivamente a una sociedad necesitada
de equilibrio social.
En definitiva, cuatro años de Gobierno que, entre otras
muchas cuestiones, deberían incidir en la elaboración de
programas formativos encaminados a erradicar la marginalidad
cultural, cuna del radicalismo extremo obviando, todas
aquellas propuestas relacionadas con la enseñanza de otras
lenguas no oficiales del Estado Español, fomentando la
enseñanza y el aprendizaje del castellano como base
prioritaria de cualquier labor formativa.
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