Las obras para la instalación de la Estación de Aguas
Residuales podrían destapar necrópolis medievales. Por esta
razón, la empresa ‘Arqueotectura’ iniciará esta semana un
estudio arqueológico en los alrededores de Valdeaguas para,
de forma paralela a los movimientos de tierra, controlar
posibles hallazgos históricos que dejó entre interrogaciones
la Carta Arqueológica de la ciudad autónoma. El responsable
de la prospección, José Suárez, hará un seguimiento durante
cinco meses de todo el proyecto de la EDAR -previsto para 23
meses- porque, según fuentes medievales, la ladera del monte
Hacho es una zona potencial para hallar antiguos
cementerios.
Este estudio, que se realizará en el perímetro del monte
Hacho a la carretera de San Amaro, goza de relevancia porque
impulsa un proyecto polémico en materia medioambiental, de
cara a la instalación de una depuradora en ese entorno. El
hallazgo de las prácticas funerarias es “más que posible”,
aunque no tiene porque coincidir con la zona estudiada. No
obstante, Suárez no pierde la fe en que en los alrededores
se puedan descubrir restos medievales.
Tras varias reuniones con los arquitectos de la obra, Suárez
recibió ayer el sí para preparar su trabajo arqueológico que
dará comienzo en un par de días, parejo a la EDAR. Un
completo análisis sobre los movimientos de tierra que se
generarán para dar a conocer el informe de daños en un
terreno que, se presume, podría desvelar restos históricos.
El retraso en el proyecto, previsto para Semana Santa, se ha
producido por las complicaciones técnicas y medioambientales
que entraña. Críticas de partidos políticos y de los vecinos
ralentizaron la marcha del proyecto de la depuradora.
Sondeo fallido
Al margen de este proyecto, Suárez realizó hace semanas un
sondeo de control arqueológico en los alrededores de las
murallas Meriníes. Este proyecto, que no lindaba con el
elemento patrimonial, hizo pensar al responsable que no se
hallarían restos históricos. Y efectivamente, así fue. En
esta línea de trabajo, El último estudio que realizó fue
para un plan de edificación de un inmueble en Villajovita.
Su proximidad a las murallas Meriníes destapó un alzado del
siglo XIV no significativo en su conservación, pero si en su
nivel de documentación porque permitirá conocer la geografía
urbana de la época en Ceuta gracias a un edificio claramente
deteriorado.
|