Poco a poco los medios de
comunicación del vecino país van tomando nota del resultado
de las últimas elecciones municipales en España, a veces con
una visión tan sesgada que merecería un análisis
psicoanalítico pero que, en cualquier caso, responde a unas
profundas percepciones ancladas en los oscuros arcanos del
subconsciente colectivo y que forzoso es tener en cuenta: la
geografía no puede cambiarse; la historia es la que fue; y
los sentimientos de los pueblos son lo que son. En cuanto al
titular, palabrita del niño Isa que no me lo he inventado
yo: lo he calcado (“fusilado” sonaría mal, ¿verdad?) de la
portada de la última edición del semanario “La Verité”, en
su número 302 para ser exactos.
Hay también un detalle, para mí un error tanto de análisis
político como diplomático, en el que ha podido caer el joven
soberano marroquí. Como suele ser tradicional, el Palacio
Real suele invitar en cada periodo político al líder de la
oposición: en este papel, Aznar visitó a Hassan II en 1995 y
Zapatero fue invitado por Mohamed VI en diciembre de 2001.
Sin embargo Rajoy no ha recibido en este sentido ningún
mensaje, por lo que no es aventurado pensar que a fecha de
hoy no existe ningún canal oficial de comunicación, digno de
crédito, entre el régimen marroquí y el Partido Popular, lo
que presenta serios interrogantes.
¿A qué puede deberse -no es la primera vez, como ya escribí
en su momento- este nerviosismo, malamente disimulado entre
los cuadros más altos del Makhzen?: ¿a las tareas previstas
para el “Comité Averroes”?; o quizás… ¿a las conversaciones
abiertas, en “petit comité”, sobre el futuro de Ceuta y
Melilla?. Porque del futuro de ambas ciudades españolas el
gobierno Zapatero ha iniciado conversaciones con Rabat,
estudiando como se podría poner en marcha (siguiendo la
tesis de Hassán II) algo parecido a una “célula de
reflexión”. No elucubro: en lo que sé, afirmo. Lo adelanto
sin temor ni fantasías, a despecho de que unos cuantos se
rasguen las vestiduras. Para otros detalles pregúntenle al
titular de la Plaza de los Reyes, que algo más -quizás
poquito- debe de saber sobre el dossier. Y si estoy cayendo
en un error o, peor aun, alarmando sin razones al
respetable, desmiéntame. Pero para mí que el gran temor son
los posibles cambios que un futuro e hipotético gobierno de
España, en manos no socialistas, adopte hacia la resolución
del enquistado problema del Sáhara (las “Provincias del Sur”
para Marruecos), pues es obvio y un secreto a voces que “el
amigo Sapatero” ya ha inclinado la diplomacia española del
lado marroquí. Así son y así están las cosas. Ya saben: yo
solo levanto acta.
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