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política - SÁBADO, 2 DE JUNIO DE 2007


Vía de ceuta. ARCHIVO

reportaje / el ‘voto musulmán’, ¿en vias de desaparición?
 

¿Adiós al voto de púlpito?

La debacle electoral de Aberchan, pese
al respaldo de los imames, en Melilla hace reflexionar a las direcciones de UDCE y
PDSC sobre su futuro político en Ceuta
 

CEUTA
Gonzalo Testa
gonzalotesta@elpueblodeceuta.com

El primer día de la pasada campaña electoral en la Mezquita Central de Melilla el profesor Houari, imam del templo musulmán, pidió literalmente en el discurso preliminar a su sermón del viernes, el más concurrido de la semana, según la transcripción a la que ha tenido acceso EL PUEBLO: “Dice Allah que no os dividáis en partidos, no te vendas al Partido Popular, ni al socialista. Tú lo que eres es musulmán y no hay más que hablar”.

Siete días más tarde, el día clave, la última jornada de confrontación política por el voto, cuando algunos partidos de Ceuta esperaban que desde alguna mezquita se oyese alguna orientación favorable, los principales imames locales pronunciaron un discurso indefinido en el que subrayaron que el “problema” era “la desunión” de los ciudadanos y políticos de confesión islámica locales.

[Que nadie se eche las manos a la cabeza por la relación púlpito-urna en el mundo islámico: el Episcopado español emitió una pastoral recomendando votar “a aquellos partidos políticos que defienden la vida, el matrimonio tradicional, el derecho de los padres a la elección de la educación de sus hijos y valoren la religión, especialmente la católica”]

Paradójicamente y contra lo que pudiera preveerse desde la distancia con estos antecedentes, el pasado domingo Coalición por Melilla sufrió una debacle considerable al perder dos de los siete escaños que tenía en la Asamblea local, pero UDCE-IU mejoró sus resultados y se quedó a apenas medio centenar de votos de hacer exactamente lo contrario, pasar de tres a cinco.

Más curiosidades: fuentes del círculo que rodea al ex presidente de Melilla, un opositor correoso como seguramente no ha tenido otro Vivas en Ceuta desde 2003, aseguran que el 27-M recibió más votos de la comunidad cristiana que nunca. A Mohamed Ali le pasó otro tanto de lo mismo al doblar sus resultados en los distritos del centro, donde su penetración sigue siendo mínima en términos absolutos pero cuyo crecimiento es significativo.

Es más, en los partidos que podrían catalogarse como de electorado ‘eminentemente musulmán’, el PDSC y UDCE-IU, existe el convencimiento de que no fue esta comunidad la que se volcó con más fuerza en los comicios del domingo pasado.

Movilización limitada


Las cuentas son, desde el punto de vista de algunos de sus dirigentes, bastante sencillas de analizar: el 23 de mayo de 2003 [cuando sí hubo cierto apoyo desde el púlpito religioso] la UDCE en solitario obtuvo 3.589 sufragios; el PDSC, 1.722; Federación Ceutí, casi 700, e Izquierda Unida, 322. En total, seis mil y pico. Este año, UDCE-IU y Mustafa Mizzian no llegaron a 7.000 votos, una diferencia que teniendo en cuenta el volumen de nuevos votantes incorporados durante los últimos cuatro años de confesión islámica no satisfizo las aspiraciones de los políticos con los que comparten credo religioso.

“En Ceuta hay aproximadamente 18.000 censados de confesión musulmana y si somos generosos y calculamos que al PP pueden haber ido a parar 2.000 votos apenas llegaríamos a un 50% de participación”, analiza un veterano político musulmán que encuentra varias razones a la escasa movilización lograda: 1) “La abstención es un voto de castigo por no saber ilusionar o por no haber sabido unirnos en una sola coalición” ó 2) “Es un voto de confianza no explícito a Juan Vivas, que tal vez les dé una impresión de seguridad, de fiabilidad y de garantía mayor que nosotros”.“Es algo mucho más allá de hablar de unos pocos ‘estómagos agradecidos’”, asumen.

¿Reacción? En ambos partidos ha calado la impresión de que dedicarse exclusivamente a ‘pescar’ votos de su misma confesión no lleva a ninguna parte. La reflexión es especialmente interesante porque, además de que es sincera, contradice la lectura que advierte una división religiosa del electorado con tendencia a asentarse.

El análisis se ve reforzado, además, por el proceso de introspección en el que ha entrado el PSOE, dividido entre quienes desean prolongar la línea de acción política desarrollada por la Ejecutiva de Toñi Palomo y quienes pretenden “abrir” el partido a otras formaciones, entre ellas la Unión Demócrata Ceutí, para convertir la sede de la calle Daoiz en la “casa común” de la izquierda local.

“El PSOE ceutí puede ser un elemento de integración y de ruptura de esa división del voto entre musulmanes y cristianos que aún persiste”, elucubran desde la dirección de más de una formación, “consiguiendo que, independientemente de su credo, los votantes de izquierdas se inclinen por una opción y los derechas por otra, como ya hacen”.

“Más allá de un partido político ‘de corte musulmán’”, opina en esa misma línea una de las mayores especialistas nacionales en el ámbito islámico, Elena Arigita, investigadora del Instituto Internacional de Estudios Árabes y del Mundo Musulmán, “Ceuta necesita normalizar la presencia de los musulmanes en la vida pública: como actores con voz propia en los medios de comunicación, en las manifestaciones culturales... en todos los ámbitos; es decir, también más allá de lo que atañe específicamente a la identidad musulmana”.
 

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