Recuerdo que al estudiar los tipos
de democracias: populares, del tercer mundo y representativa
o liberal burguesa, nos decía el profesor de Introducción a
la Ciencia política, en la Facultad de Ciencias Políticas de
la Universidad Complutense de Madrid, que este último tipo
que he reseñado podía estudiarse desde once puntos
fundamentales. Pues bien, uno de esos puntos era :” Derecho
a la libre expresión: públicamente se puede hacer
proselitismo de sus ideas y divulgarlas”.
Al ver durante los últimos días los informativos de diversos
canales de TV, variopintos y muy distantes los unos de los
otros, hay una coincidencia general en todos sobre la forma
de comportarse el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
No seré yo quien diga que este presidente no ha llegado al
poder por un camino totalmente ortodoxo, políticamente
hablando, pero esa ortodoxia deja de tener sentido cuando se
ven los comportamientos que está teniendo este presidente
venezolano.
La última “guinda” la ha puesto al clausurar, cerrar o
secuestrar la cadena más antigua de televisión, porque
estaba siendo crítica o muy crítica con él. Y más tarde
advirtiendo a otros que mucho cuidado con lo que se dice en
sus medios.
Aquí, pues, la democracia que impone Chávez no entra en el
apartado que he citado anteriormente, no entra, aunque qué
más quisiera, en el tipo de “democracias populares” y cuesta
trabajo adecuarla, porque hay algunas que funcionan bien, al
segundo grupo o democracias del tercer mundo.
La de Chávez, mientras no se demuestre lo contrario estaría
metida en ese segundo grupo pero ... con aspectos liberales,
aunque la representatividad él mismo se la ha cargado y su
propia debilidad le ha hecho “romper esquemas desde dentro”
(golpe político), o amarrar todo al máximo para masacrar a
los que no están a su favor.
La situación en la zona comienza a ser preocupante y no
tanto por lo que hay ahora y se avecina, sino porque lo
anterior tampoco aportó nada positivo para la zona.
Ahora mismo, esa zona es un polvorín y además con el peligro
de que en cualquier momento puede saltar, porque ya veremos
si el de Hugo Chávez es un gobierno estable, de verdad, o es
un simple pelele sustentado y apoyado por los mismos que han
apoyado durante tantos años a Castro.
Ahora mismo, el eje formado por Castro ( o lo que quede de
él), Hugo Chávez, con todo lo que se le viene encima, y el
famoso del jersey de rayas, Evo Morales, constituyen el
punto de mira, especialmente de occidente.
Y que no quepa la menor duda de que si perjudica los
intereses económicos occidentales, lo mismo que él ha hecho
desde dentro, le pueden hacer a él desde fuera.
Los últimos treinta y cinco años han sido difíciles para los
países iberoamericanos, con trampas peligrosas de un signo y
de otro.
Los que han sufrido golpes de la derecha, han terminado
arruinados política y económicamente: Argentina ha sido el
ejemplo más palpable. Chile fue otra cosa, más dura y
canallesca, pero otra cosas.
Los golpes o las llegadas por caminos “legítimos” para
asentarse con tendencias de izquierdas no presentan unas
perspectivas demasiado claras, y una serie de territorios,
con mucha población, pero población sin formación, con unas
riquezas “controladas” por ciertas mafias de diversos
géneros, con países subdesarrollados todavía, es una
incógnita lo que pueden generar.
Ahora mismo, Venezuela está a un paso del enfrentamiento
civil y eso, si no se mide con cautela, puede acarrear una
serie de conflictos en cadena que afecten, además de a
ellos, también a otros vecinos.
Una sociedad analfabeta, con regímenes sin escrúpulos, puede
llegar a donde no se piensa. Un “soberano” con su ego
personal por las nubes y con la creencia en su propia fuerza
intenta todo lo más perverso y unos aliados, vecinos o no
vecinos, sin una idea clara de lo que es el mundo, pueden
ocasionar una auténtica carnicería.
Hugo Chávez se está haciendo fuerte con su producción de
petróleo, con los pactos que ha contraido con gentes de su
mismo talante, pero ahí no va a quedar todo, porque un
pueblo mientras no se vea engañado y esté con lo necesario,
traga pero...
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