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La visita, anteayer, del megayate
‘Pestifer’ al dique de Levante del puerto de la ciudad
autónoma para repostar 55.000 litros de combustible es una
buena prueba de que la orientación que la Autoridad
Portuaria ha dado a sus infraestructuras para mantener una
actividad que no rebaje su importancia en la economía local
y contribuya al revitalizamiento de la misma como punto
privilegiado de repostaje de los barcos de recreo que
circulan por el Estrecho de Gibraltar y sus alrededores es
acertada y oportuna.
La del ‘Pestifer’, un barco con bandera de las Islas Cayman
matriculado en George Town, debe ser la primera piedra para
que la ciudad autónoma pueda captar parte del mercado de
barcos de recreo de entre 40 y 110 metros de eslora, un
segmento de mercado “importante”, según reconocen todos los
expertos en la materia. En primer lugar, porque además de
los beneficios económicos que deja su simple atraque para
recibir combustible, la llegada de este tipo de
embarcaciones puede ser un inmejorable atractivo turístico:
porque los pasajeros de estos yates tienen capacidad
económica para alimentar el comercio local y porque pueden
convertirse, si toda la ciudad está a la altura, en
embajadores de Ceuta a través de ‘boca a boca’, el más
efectivos de los sistemas de promoción.
En segundo, porque por esta vía se puede fortalecer el
crecimiento de la actividad económica e industrial del
puerto, que ya empieza a dar síntomas de vitalidad gracias a
la puesta en marcha de la Marina Seca, donde ya se reparan
barcos de este tipo asiduamente; a la disposición de la
petrolífera Ducar a contribuir a la sinergia para fomentar
este negocio y al proceso de renovación y modernización que
se está acometiendo en el puerto deportivo.
Mercado, como ha quedado demostrado en sobradas ocasiones,
existe, y en este caso la ubicación geopolítica de Ceuta,
sus ventajas fiscales y otras particularidades locales
pueden aprovecharse como un elemento positivo inmejorable
para hacer del puerto local una ‘gasolinera’ privilegiada
para parte de los barcos que circulan alrededor.
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OPINIÓN / EDITORIAL
