“Voy a hablar un poquito de cuáles han sido los potenciales
efectos que está teniendo el cambio climático sobre la
fenología, sobre todo, la fenología migratoria de aves en la
parte occidental del Mediterráneo, concretamente, la
península ibérica”, explicó el Biólogo adscrito al Museo
Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, Óscar Gordo, antes
de iniciar su ponencia ‘Migración de aves y cambio climático
en el Mediterráneo Occidental’.
El conferenciante comentó que la fenología en general es un
indicador “muy bueno” del cambio climático, “cuando los
organismos llevan a cabo sus actividades a lo largo del año,
y en el caso de las aves, cuando llegan o se van, pues
resultan un indicador que se ha visto que está cambiando y
que son respuestas a las alteraciones del clima”.
Habló Gordo concretamente de la cigüeña, “un caso muy
particular” porque se ha adelantado casi un mes pero habría
que tener en cuenta otros efectos además del cambio
climático, según el Biólogo. “Puede ser que sí, que los
inviernos más cálidos y suaves hayan influido pero existen
otros factores como la proliferación de estercoleros y de
basureros o la expansión de otras especies como el cangrejo
americano, que les han abierto fuentes de alimento que antes
no existían y que les van a permitir la estancia en la
península durante todo el invierno porque saben que tienen
comida asegurada”.
El hecho de que se adelanten o se retrasen no tienen en sí
un significado, a juicio de Óscar Gordo, seguramente a lo
largo de la historia lo han hecho. “La cuestión es ver si
esos cambios que se puedan producir en las fechas de
migración se asocian con otros elementos del medio ambiente
de los que dependen, porque la clave para el éxito de los
individuos es que su ciclo vital esté perfectamente
coordinado”, concluyó.
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