La Fundación Alternativas, que surgió hace 10 años con la
voluntad de ser un cauce de “incidencia y de reflexión
política, social, económica y cultural en España y Europa”
considera en su informe ‘La reforma del Senado’, a cuyo
contenido íntegro ha tenido acceso este periódico, que
ninguna de las dos ciudades autónomas debe perder su
representación actual en la Cámara Alta pese a que su texto
aboga por una transformación para convertirla en Cámara
territorial que iría necesariamente aparejada a una
modificación del sistema electoral para elegir a los
senadores.
La propuesta, elaborada por los profesores universitarios
expertos en Teoría Política Alberto Penadés e Ignacio
Urquizu-Sancho, será remitida al Gobierno; al presidente del
Senado, Javier Rojo; y todos los grupos parlamentarios con
representación en la Cámara Alta.
La propuesta expuesta por Penadés y Urquizu-Sancho como la
mejor para reformar la Cámara Alta pasa por que las
elecciones al Senado “coincidan con las elecciones
autonómicas de cada comunidad”, lo que permitiría que los
senadores fueran elegidos “de forma directa”.
También abogan por que cambien las circunscripciones
electorales y que sean las comunidades autónomas y no las
provincias, como ha venido sucediendo hasta ahora, y que en
cada comunidad se elija solamente un senador fijo, más uno
por cada 200.000 habitantes o fracción que residan en ella.
La fórmula de asignación de escaños ideal sería la “mixta
compensatoria” a través del método D’Hont para el cómputo de
listas, y la mayoría simple para la elección en distritos
uninominales, con lo que quedarían excluidas del cómputo
aquellas listas que no obtengan el 5 por ciento de los votos
válidos o un senador directo.
Funciones
Según su modelo, el Congreso sería, en las leyes de corte
territorial (Estatutos de autonomía, leyes regionales o
hechos diferenciales ) la Cámara parlamentaria de primera
lectura, donde iniciaría su tramitación la norma y el Senado
decidiría los ‘tempos’ para legislar sobre estas materias.
También se propone que se potencie su labor como ‘Cámara de
deliberación’ para materias que precisen de un debate más
pausado.
Además, a su juicio, los partidos destinarían al Senado a
parlamentarios especializados y podrían abrir el debate a
expertos, lo cual consideran que enriquecería las leyes y
aumentaría la calidad del debate.
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