Como un jarro de agua fría. Así cayó ayer sobre todos los
partidos de izquierdas de la ciudad autónoma el nombre del
presidente de la Comisión Gestora que se encargará de
dirigir el PSOE ceutí durante los próximos quince meses
aproximadamente, el ex secretario de Organización del
partido, Enrique Moya. Su designación como máximo
responsable de la Comisión [donde también han tenido cabida
el presidente del partido a nivel regional, Juan José León
Molina; la directora de la UPD, Milagros García; el director
provincial del Ingesa, Jesús Lopera, y la más que probable
futura secretaria general de Juventudes Socialistas de Ceuta
(JSCE), Raquel Miaja] fue recibida como un “más de lo mismo”
y como una sentencia casi definitiva al proceso de “apertura
y renovación” que algunos creyeron atisbar tras la dimisión
de Antonia Palomo.
“Más de lo mismo” fue como se refirió a la noticia el
secretario general de UGT, Antonio Gil, militante socialista
y voz crítica con la línea de actuación política que ha
desarrollado su partido durante los últimos años. “La figura
de este secretario de Organización no parece la más propicia
para crear las condiciones que debieran darse en el partido
para acometer la necesaria apertura que necesita”, lamentó
Gil, quien defendió la necesidad de contar un PSOE “abierto,
plural y a la medida de lo que fue”.
Eso sí, Gil no se dio por vencido y adelantó que él y el
resto del grupo de ‘críticos’ con Palomo y la mayoría de su
Ejecutiva “no nos vamos a quedar pasivos”. “Es necesario un
movimiento reaccionario en el partido”, defendió el líder
sindical.
Desde fuera del partido, el líder electo de la oposición en
la Asamblea, Mohamed Ali, presidente de la UDCE, se confesó
“expectante” ante el periodo convulso que vive el PSOE. “Los
socialistas tienen ahora la oportunidad de abrir sus puertas
a la autocrítica, a la reflexión y al diálogo”, apuntó Ali.
“Seremos absolutamente respetuosos con el PSOE, pero
seguiremos defendiendo la necesidad de establecer cauces
formales de diálogo y entendimiento entre todas las fuerzas
progresistas de la ciudad”, recalcó el político ceutí, cuya
formación ya pidió el voto para el PSOE en las últimas
elecciones generales, cuando los de la rosa se fueron hasta
los 12.500 votos.
“Hay que dejarles trabajar”
En una línea parecida se pronunció su socio electoral, el
coordinador de Izquierda Unida de Ceuta, Mohamed Haddu Musa,
quien dejó claro que a su juicio “hay que dejar al PSOE y a
sus dirigentes que hagan su trabajo y apuesten por el cambio
o la continuidad, según prefieran”. No obstante, y como una
opinión “personal”, Musa sí reconoció desear “un cambio” en
el PSOE que le permita “volver a ser aquel partido de los
años ochenta que yo conocí y donde todo el mundo tenía
cabida”.
El secretario general del PSPC, Iván Chaves, también fue
remiso a ir mucho más allá: “Es un asunto interno del PSOE y
no debemos interferir”, advirtió Chaves, quien se limitó a
reconocer que “pensaba que en el proceso abierto habría un
margen más amplio para personas como Gonzalo Sanz, que
finalmente no ha entrado en la Gestora”.
Muy cauteloso por aquello de que “a todo lo que decimos del
PSOE desde el PSPC se le suele encontrar otra lectura”,
Chaves reiteró que su partido está “siempre abierto” al
diálogo con otras fuerzas progresistas “siempre y cuando no
se niegue que existimos como se viene haciendo desde hace
siete años”.
“El PSPC tiene la mitad de votos que el PSOE, pero tiene un
capital humano al que, dialogando juntos sobre nuestra
visión de esta ciudad y de sus problemas se le podría sacar
provecho y evitar muchos encontronazos sinsentido”, opinó el
joven dirigente político.
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