Ayer hice novillos por un tema
procesal, estaba en plan revolvedora ante un recurso, se me
fue el santo al cielo y me quedé levemente traspuesta sobre
la mesa, que viene a significar que me quedé fritita como un
ángel de Dios. Y se me pasó la hora del cierre de la edición
¡Malaya de mí!. Y eso que estoy con espíritu de zafarrancho
de elecciones generales, observando con irrisión como, los
socialistas, que de la prepotencia y el buenismo, perdieron
la vista, se echan los gatos furiosos en los madriles, ante
el triunfo de Albertín. Zafarrancho y trajinosidad en las
filas peperas, donde el Albertín Ruiz Gallardón, tan
pijoprogre él, se postula ¡nada más y nada menos! Que como
número dos de Rajoy en las Generales, porque, el Albertín
siempre tuvo ínfulas de delfín y no pasó de boquerón
madrileño. ¿Número dos? Nada de mover ni remover alcaldes
votados y presidentes autonómicos, en claro fraude a los
electores, sino aprovechar a los que hay y captar a gente
nueva y maravillosa que respire como nosotros respiramos y
que sienta a España como nosotros la sentimos.
Dos, tres o cuatro. Van a salir todos, porque, si apretamos
vamos a arrasar, pero apretar con las ideas y sin espíritu
descafeinado, aprovechando los saberes de filósofos de pro
como un Sánchez Dragó o como un Jose Javier Esparza, tirar
de Federico Jiménez Losantos y de ese matrimonio fabuloso
conformado por el mejor psiquiatra de España que es Enrique
Rojas y de la notaria y multititulada Isabel Estapé. Porque
los electores merecen que, unas siglas, correspondan a un
personaje de primera y se requiere gente válida de refresco,
que no arribistas ni trepas agoniosos.
¿Qué de que tipo de gente hablo? Pues de profesionales con
especial excelencia académica y profesional para quienes,
dedicarse a la política, signifique perder dinero.
Compréndanlo, así no se deslumbran con el poder ni con los
privilegios, porque están acostumbrados a tenerlos por
méritos propios y no se aferran al sillón a cualquier
precio, porque no lo necesitan para sobrevivir. Nuevas
adquisiciones notables, pero nada de pijines “hijos de” que
bastante horrible nos fue cuando, el Suarín, se presentó
como “candidato estrella” por Castilla la Mancha y acabó
estrellado, al tiempo que daba lugar a multitud de anécdotas
por su insustancial tontuna. Ni apellidos de “renombre”
porque, el renombre tiene que ser adquirido de primera
generación y por meritocracia, por cojones y por huevines,
esto último en el caso de los alevines de Nuevas
Generaciones y lo digo, no en detrimento del tamaño de las
partes nobles de la juventud, sino por su corta edad que
viene a significar esperanza de larga trayectoria.
Suenan y resuenan las Generales y los zarrapastrosos de ETA
envían videos cutres donde se ve a un jilipollas preparando
“la bomba”, pero jamás explosionando con ella, como hacen
los terroristas vocacionales, que suelen ser poco mirados
para esas cosas. ¿ANV trincando? No problem. Ya llegaremos a
joderles el festival, con perdón de la palabra y sin ánimos
de señalar. Lo fundamental , a veces, es saber ser pacientes
y no atrincherarse en los cuarteles de invierno como
marmotillas amodorradas, sino ganar las municipales y seguir
currando ideológicamente, limando aristas, salpimentando el
camino con un auténtico acercamiento a los problemas reales
de los electores y ofertando soluciones. La imaginación al
poder. ¿Se figuran que emocionante sería que identificaran a
la derecha española con ese slogan? Pero sin dudarlo. ¿Qué
dicen? ¿Qué eso sería un milagro? Vale. Pero quien no cree
en los milagros, es que no es realista.
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