No creo que sea lo más ético hacer
leña del árbol caído, pero en el caso de María Antonia
Palomo era la “crónica de una muerta anunciada” desde hace
bastante tiempo, no únicamente por los resultados de las
elecciones.
Y es que, cuando uno no sabe medir hasta donde puede llegar
y además no sabe valorar lo que le puede rematar más, el
pelearse con molinos de viento lleva a darse la “costalada”
que, en este caso, puede apartarla de la política
profesional.
Días pasados hemos dicho que el fracaso iba a ser
“morrocotudo” y, posiblemente, no toda la culpa esté en la
propia María Antonia Palomo, que ha tenido mucha, sino más
bien en no haber estado rodeada de unos asesores que
conocieran lo que son las elecciones, para sacar la tajada
más sabrosa.
Además, hay razones de peso que la estaban llevando al
precipicio y que nadie frenó esa caída. María Antonia Palomo
no creo que fuera muy amiga de todos los otros que
encabezaban las distintas candidaturas, y es explicable, lo
que no es tan explicable es que tuviera el enemigo en casa,
en el propio partido, donde una parte considerable se
frotaba las manos con su trabajo, igual que ella se las
frotó cuando fue destituido Jerónimo Nieto.
Afortunadamente para ella, dentro de lo malo, ha tenido en
su número dos, Sergio, a un defensor a ultranza, pero eso
era poco apoyo, si “ en la cocina del partido” era vista
como perjudicial para la imagen del PSOE.
De lo que no se puede quejar María Antonia Palomo es de no
haber recibido apoyo del partido, desde Madrid o Andalucía,
pero eso que es muy bonito sirve para la foto y dos saludos
más en el momento, porque luego a la hora de depositar el
sufragio cada uno vota aquello que palpa, aquello que siente
y aquello que le parece más eficaz para él y para su pueblo.
Y el fracaso, por segunda vez consecutiva, en unas
elecciones “municipales - autonómicas”, con un puñadito de
votos, ha querido decir a María Antonia Palomo que en Ceuta
el PSOE sí tiene votantes -veanse los resultados de las
generales - pero que ella, por el motivo que sea, ni tiene
el tirón suficiente, ni es aceptada para ese cargo. Y así
hay que leer los resultados obtenidos.
Aunque con pena, tal vez con dolor, lo mejor que ha podido
hacer María Antonia Palomo es presentar la dimisión y
dedicarse a otras cosas.
A partir de ahora, pues, con esta crisis abierta en el PSOE
se presenta una nueva perspectiva que no va a ser un camino
de rosas para nadie, porque han sido muchos años de pérdida
de imagen, de pérdida de prestigio y credibilidad, aquí en
Ceuta, y rellenar eso va a costar mucho a aquel que asuma la
Secretaría General.
Esta situación en la que ha quedado ahora el PSOE es lo que
ha hecho, que cuando menos, esta formación política, en
estas elecciones no haya podido exhibir ningún simulacro de
éxito, que es lo que la mayor parte de las formaciones, sean
cuales sean los resultados, exhiben tras el paso por las
urnas. Aquí hubo fracaso y al instante se reconoció,
presentando la dimisión, algo que otro que ha fracasado más
también debiera hacer hoy mismo, y no me estoy refiriendo al
PSOE.
Los dos escaños del PSOE es la renta más pobre que este
partido puede y debe lograr en Ceuta. Es cierto que otros no
han conseguido nada, pero no es comparable un PSPC, por
ejemplo, que va de fracaso en fracaso, con un PSOE que,
entre otros muchos logros, ostenta ahora el Gobierno de
nuestro país.
Cuando, en torno a las once de la noche, María Antonia
Palomo de cía que se retiraba de la política “profesional”,
quienes como es mi caso habíamos comentado, días pasados,
por donde se estaba equivocando, automáticamente dijimos:”
era la crónica de una muerte anunciada.
María Antonia Palomo ha pasado por un puesto importante en
el PSOE, pero su paso va a ser como una sombra que dejará
pocos recuerdos grandes, porque cada vez que tuvo que
demostrar su valía terminó en un fracaso.
Ahora, sin embargo, y especialmente en un país en el que no
hay costumbre de presentar la dimisión, podemos decir que,
al menos, tuvo la dignidad de reconocer que su etapa había
pasado y con más pena que gloria, tanto en estas elecciones,
como en las de hace cuatro años.
Un descanso no está mal, luego hay mil cosas que se pueden
hacer pero en la política, María Antonia Palomo ya ha dicho
lo que vale.
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