La Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Ceuta, con el
corazón dividido entre la alegría de haber podido
reencontrarse con la Blanca Paloma y la tristeza de un
“hasta el año que viene”, llegará esta tarde a nuestra
ciudad alrededor de las 19 horas, después de la
peregrinación realizada este año.
Nuestro rotativo, puesto en contacto con Francisco
Hernández, rociero ceutí, ha podido saber que este Rocío ha
estado marcado por grandes momentos de emotividad y
solemnidad desde que iniciaran el camino hasta la aldea
almonteña.
Desde que la Hermandad ceutí partiera desde nuestra ciudad,
los rocieros caballas han vivido grandes momentos durante
esta nueva peregrinación al encuentro de la Madre de las
Marismas, y uno de los rocieros que más emociones ha vivido
este año ha sido el párroco de Santa Teresa, el padre David
Gutiérrez, el cual ha acompañado a la Hermandad siendo esta
su primera romería hacia el Rocío. Por tal motivo, el
sacerdote ha contado con ciertos privilegios ya que incluso
pudo acceder al camarín de la Virgen para poderla ver bien
de cerca.
La fe y la devoción que anualmente lleva a miles de personas
hasta El Rocío para participar en la romería, así como la
diversión entendida como convivencia y fraternidad, cobraron
el domingo de Pentecostés una fuerza especial, al ser el día
grande de la romería y antesala de la procesión, el momento
más esperado.
Tras la celebración de la misa pontifical, los romeros
ceutíes que se han dado cita en la aldea se dispusieron a
disfrutar de un día en el que se conjugaron la emoción de la
cercanía de la procesión con la nostalgia de un final cada
vez más cerca.
A lo largo del pasado domingo, en la casa ceutí, realizaron
los preparativos para el camino de vuelta, ya que son
numerosas las personas que a lo largo del día de hoy
abandonarán El Rocío, si bien no cesaba la diversión y el
deseo de que llegara la noche.
Antes de la salida de la Virgen del Rocío, la Plaza de
Doñana de la aldea de El Rocío acogió a las doce en punto de
la noche el inicio del Santo Rosario de la romería almonteña
en el que participaron las 105 filiales rocieras, y que fue
presidido por el simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte.
La celebración de este acto religioso, el Rosario, volvió a
dotar a la aldea almonteña de una especial luminosidad y
color, desde aproximadamente las 10:30 horas, momento en el
que las hermandades, con sus simpecados e insignias,
comenzaron a desplazarse desde sus casas de hermandad hasta
la Plaza de Doñana entre bengalas de colores.
Una vez reunidas todas las corporaciones comenzó el rezo del
Rosario que, desde hace años, y recuperando una vieja
tradición, se hace en procesión por las calles de la aldea.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando los simpecados
de todas las hermandades filiales fueron pasado ante la
puerta de la ermita desde donde volvieron a sus casas
oficiales para prepararse para la visita de Virgen del
Rocío, ya durante la procesión.
Tal y como destacó a nuestro rotativo el hermano mayor de la
Hermandad ceutí, Manuel Guillén, los almonteños saltaron la
reja a las 3:02 horas, después de más de dos horas de espera
en el interior de la ermita esperando la llegada del
Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte del rezo del
Rosario, dando con ello comienzo la procesión de la Virgen
del Rocío, vestida para la ocasión con sus ropas de ‘Reina’.
La salida de este año se ha producido tres minutos antes con
respecto al año pasado, cuando el salto se produjo a las
3.05 horas, después de que fueran varios los intentos
protagonizados por los almonteños más jóvenes abortados por
los de mayor edad tanto desde dentro de la reja de acceso a
la imagen de la Blanca Paloma, como desde detrás de ellos.
Como marca la tradición, la aparición del Simpecado de la
Hermandad Matriz por la puerta de la ermita desató el fervor
y el entusiasmo de las miles de personas congregadas en el
interior del Santuario, precipitando el momento del salto.
Es en ese momento cuando, después de que numerosos
almonteños ya hubieran accedido al altar donde se encuentra
la imagen sobre sus andas -para la procesión la imagen se
baja del sitio que ocupa en el retablo de la ermita y se
coloca a sus pies-, cuando se procedió a la apertura de la
reja para que pudieran sacarla de su presbiterio hasta la
planta central de la ermita entre palmas de animó de todos
los presentes.
Desde ese momento, se desarrolló la procesión de la Virgen
del Rocío, que abandonó su Santuario hacia la explanada de
la marisma alrededor de un cuarto de hora después del salto,
en un recorrido que se prolongó hasta el mediodía, y durante
el que se encontró con las 105 hermandades filiales, cuyos
miembros le rindieron su particular homenaje y le rezan la
salve.
En este sentido tal y como comentaba Manuel Guillén, hermano
mayor de la Hermandad ceutí, el Simpecado caballa así como
todos los rocieros ceutíes fueron visitados por la Blanca
Paloma alrededor de las 5,55 horas, permaneciendo con ellos
alrededor de un cuarto de hora, minutos estos en los que
estuvieron cantándole la Salve, rezándole y gritándole
“¡Viva, la Blanca Paloma!” hasta hacer enronquecer las
gargantas.
Por último destacar que este sábado a partir de las 19:30
horas, en la Parroquia de San José, sede de la Hermandad de
Nuestra Señora del Rocío de Ceuta, la Hermandad celebrará la
Misa de Acción de Gracias, Misa que se celebra al regreso de
la peregrinación para dar gracias por el camino realizado y
por el buen regreso de la Hermandad, esperando volver a
disfrutar de tantas emociones y sensaciones el año que
viene.
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