Al comandante general de Ceuta, Luis Gómez Hortigüela
(Madrid, 1946) le queda en el cargo una semana. El próximo
sábado 2 de junio pasará a la reserva junto a otros tres
generales de división como él y al teniente general Pedro
Pitarch, jefe de la Fuerza Terrestre y pieza capital también
en el caso del presunto espionaje a civiles realizado por la
unidad de Inteligencia de la COMGE ceutí. En esta entrevista
y en sus primeras declaraciones públicas al respecto, Gómez
Hortigüela, que tuvo en Ceuta su primer destino como
teniente en 1969, dice no arrepentirse “de nada” en relación
con ese asunto (“un momento duro”, asume), en el que se
niega a profundizar al permanecer ‘sub iudice’ del Togado
militar. Aclara, eso sí, que nunca dejó solo al teniente
coronel Albarracín; que los soldados de confesión musulmana
no son discriminados en los cuarteles (otra de las polémicas
que ha salpicado su paso por Ceuta) y que en los polvorines
militares y el resto de instalaciones castrenses d ela
ciudad se han tomado “todas las medidas necesarias” para
garantizar su seguridad. Con la futura base militar única en
marcha, se va con la sensación de que los objetivos que se
marcó “están cumpliéndose” y de que las Fuerzas Armadas
seguirán teniendo un papel “importante” en el futuro en
Ceuta.
Aunque dice desconocer aún si sus superiores le encomendarán
algún destino en la reserva, situación a la que pasará el
próximo sábado, el comandante general de Ceuta contempla
ante sí un verano propicio para “reorganizar” su residencia
de Madrid y acoplarse a la vida en la capital tras casi tres
años en la ciudad autónoma, un lugar donde dice haberse
sentido recibido “extraordinariamente bien, como sólo los
ceutíes saben hacerlo”.
Pregunta: Su primer destino en 1969, como Teniente,
recién salido de la Academia de Infantería de Toledo, fue
precisamente en Ceuta, en la V Bandera del Tercio Duque de
Alba 2º de la Legión. ¿Qué recuerdos le trae ahora aquella
primera etapa en la ciudad autónoma?
Respuesta: Recuerdo la enorme ilusión y entusiasmo con que
llegué y el orgullo de pertenecer a la Legión de Ceuta..
P: Si comparamos la ciudad de entonces con la de ahora,
¿cuántas diferencias encuentra? ¿Qué es lo que más le llamó
la atención cuando regresó, hace casi tres años, como
comandante general?
R: Encontré grandes diferencias. Ceuta es hoy una ciudad
moderna, ordenada y limpia que ofrece prácticamente los
mismos servicios que cualquier otra ciudad española. A mi
regreso me impresionó la limpieza y las calles peatonales
del centro.
P: ¿Entonces era más difícil, más sacrificado, de lo que
es ahora para la tropa ser militar profesional?
R: Tal vez fuera así, sobre todo si tenemos en cuenta que
entonces existía el servicio militar obligatorio, que
suponía un cambio radical para los jóvenes por el brusco
contraste entre la vida familiar y la vida en el cuartel.
P: Algunas voces, entre ellas la del ex presidente Felipe
González, han cuestionado a veces la bondad de la
profesionalización de las Fuerzas Armadas. Con la
perspectiva de los años transcurridos desde que se tomó esa
decisión, ¿qué opinión le merece el cambio?
R: La profesionalización era necesaria y ha producido
grandes ventajas; al ser soldados profesionales que
permanecen varios años en las Fuerzas Armadas están mejor
instruidos y adiestrados, por lo que se pueden reducir
efectivos. Por otra parte, el material, cada vez más
sofisticado, necesita ser mejorado por profesionales para
obtener de él el mejor rendimiento.
P: Cuando usted llegó a Ceuta por primera vez la ciudad
tenía una impronta militar mucho más acusada que ahora. ¿Qué
papel jugará a medio y largo plazo en el futuro de esta
ciudad el Ejército?
R: Las Fuerzas Armadas siempre tendrán en Ceuta un papel
importante, consecuencia de su misión de presencia
adelantada y disuasión. Por otra parte, muchos jóvenes de
Ceuta buscan una salida profesional en el Ejército, lo que
hace de él una importante ‘empresa’ de la ciudad.
P: Durante sus casi tres años en la Comandancia General
militar de Ceuta ¿le ha dado tiempo a cumplir los objetivos
que se marcó cuando fue designado para el cargo o se va con
alguna tarea pendiente que le hubiese gustado completar?
P: Me marqué como prioridad el mejorar las capacidades
operativas de las unidades de la Comandancia y para ello era
necesario aumentar la cobertura de tropa y mejorar el
material a su servicio. Actualmente estamos por encima de
los 2.500 MPTM [Militares Profesionales de Tropa y
Marinería], contando los más de 100 que se están instruyendo
en los Centros de Formación y que se incorporarán en breve.
En lo que respecta al material se ha mejorado enormemente el
parque de vehículos con los ANÍBAL, las capacidades de mando
y control con los medios de transmisión, y a finales de año
se recibirán los carros de combate Leopard. Con esto creo
que se están cumpliendo mis objetivos.
P: ¿Podría confirmar que el Plan Ejército XXI no
implicará una reducción de la tropa destinada en Ceuta?
R: El Ejército está en un cambio permanente para adaptarse a
los cometidos que la sociedad demanda de él, pero no habrá
una reducción de la tropa más allá de unos pocos oficiales y
suboficiales.
P: También deja encarrilado el proyecto de la base
militar única, que no sólo transformará la fisonomía de la
presencia militar en Ceuta, sino la propia estructura
urbanística civil. ¿El proyecto cumplirá los plazos
establecidos?
R: Impulsar la construcción de la base militar ha sido otra
preocupación mayor para mí durante estos años. La base
permitirá reducir de forma importante los gastos que
actualmente acarrea el mantenimiento y los servicios de
guardia. A finales de este año estará construida una parte
importante del cerramiento de su contorno, que se terminará
en 2008. A partir de 2009 empezarán a llegar créditos
significativos para construir los nuevos edificios, que
estarán terminados en tres o cuatro años.
El futuro de las FAS
P: Hay quien aventura que las Fuerzas Armadas evolucionan
hacia convertirse en una especie de oenegés, sin tono
peyorativo, del Estado. ¿Está de acuerdo con estas
previsiones?
R: Las Fuerzas Armadas, por su organización, preparación y
disponibilidad, son muy adecuadas para el cumplimiento de
misiones de paz, lo cual no quiere decir que se vayan a
convertir en una oenegé. Yo diría que las unidades militares
crean las condiciones apropiadas para que las oenegés puedan
realizar su trabajo en zonas de conflicto. Por otra parte la
creciente participación de las Fuerzas Armadas en misiones
de apoyo contra el terrorismo, el narcotráfico y la
inmigración ilegal auguran que su importancia y necesidad
será creciente.
P: Durante su carrera profesional usted desempeñó el
trabajo de profesor de las Fuerzas Armadas marroquíes. ?Qué
impresión le dejó el país vecino y su Ejército durante esa
etapa?
R: Marruecos es un gran país que está haciendo, ya desde
aquellos años [ejerció esa labor a principios de los años
noventa], enormes esfuerzos para desarrollarse e integrarse
en la órbita de los países de la Unión Europea, lo cual es
digno de admiración. Tienen un Ejército bien preparado que
trabaja habitualmente con los de países occidentales, entre
ellos España, y que está participando en numerosas misiones
internacionales.
P: Entre sus destinos profesionales se cuentan varios en
unidades de Inteligencia, por lo que conoce de cerca el
trabajo que desarrollan. ¿Qué explicación tiene lo que
ocurría en la Sección en Ceuta?
R: La Comandancia General de Ceuta ha entregado todos los
documentos relacionados con este asunto en el Juzgado
Togado. Es un tema que está ‘sub iudice’, en manos de los
jueces, y por lo tanto no voy a hacer ningún comentario al
respecto.
P: La polémica de las investigaciones a líderes de la
sociedad civil se mueve sobre dos variables: la de quienes
piensan que, como es natural en la Sección, sus actividades
se movían al filo de la legalidad, y la de quienes están
convencidos de que se realizaban actividades con fines
espurios. ¿Se ha investigado a fondo el asunto y sus
conexiones externas?
P: Le acabo de decir que no voy a hacer comentarios sobre
este tema.
“Fueron momentos duros”
P: ¿Este asunto le ha hecho pasar los momentos más
difíciles de su periodo al frente de la COMGE?
R: Fueron momentos duros.
P: ¿Nada más?
R: Nada más.
P: ¿Se ha arrepentido de algo de lo hecho o de lo no
hecho en relación con estos acontecimientos?
R: No me he arrepentido de nada.
P: ¿Se puede extraer alguna lectura, desde su punto de
vista, del intento de suicidio del teniente coronel
Albarracín? ¿No cree que se le dejó demasiado solo, con la
responsabilidad exclusiva del escándalo sobre sus espaldas?
R: El teniente coronel Albarracín nunca estuvo solo, sino
todo lo contrario. Estuvo en todo momento arropado y
respaldado por sus compañeros y por sus jefes. Yo estuve
hablando normalmente con él el sábado y el domingo
anteriores, e incluso el mismo lunes 29 de enero por la
mañana. Posteriormente hemos mantenido contactos regulares
con él para seguir su evolución y atender sus necesidades.
P: ¿Puede garantizar después de todo lo que se ha hablado
al respecto, que los soldados de confesión musulmana no son
tratados con ningún tipo de discriminación ni sospecha extra
en los cuarteles con respecto a sus compañeros de otras
confesiones?
R: Tengo la seguridad de que en el Ejército no se discrimina
a nadie por razón de religión, ni de ningún otro tipo. Al
contrario, se trata de integrar y respetar cualquier etnia o
cultura religiosa y prueba de ello es el excelente clima de
convivencia que existe en Regulares, unidad que tiene mayor
número de musulmanes de soldados de cultura islámica.
P: ¿Los polvorines militares existentes en la ciudad
autónoma están custodiados a niveles que garanticen que los
explosivos y armas que contienen no van a acabar en manos
indeseables?
R: Puedo garantizarle que están tomadas todas las medidas
necesarias para mantener la máxima seguridad de todas
nuestras instalaciones.
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