Comienza a ver poco a poco la luz
el nuevo vial puerto-frontera cuyas obras pudieran iniciarse
antes del fin de este mismo año. Lo que es un proyecto que
puede proporcionar a Ceuta un gran avance como punto de paso
tanto de vehículos como de mercancías, supone un esfuerzo
inversor que figuraría como cojo de no lograrse
paralelamente determinados objetivos que a la sazón
condicionaría en positivo la puesta en servicio de este
nuevo vial que unirá la estación marítima con la frontera
del Tarajal.
Será, con el tiempo, un buen ‘atajo’ capaz de absorber el
cada vez mayor flujo de vehículos procedentes de la
denominada Operación Paso del Estrecho de los inmigrantes
magrebíes en retorno vacacional a su país de origen. Pero
¿tanta inversión para sólo eso?. Evidentemente no. O al
menos sería lógico pensar que no.
La presencia de un vial de estas características debe contar
como medidas transversales, al menos dos relevantes:
Potenciación estatal del Puerto de Ceuta como punto
neurálgico, entre otros, del transporte de mercancías y la
segunda relacionada directamente con que Marruecos, a través
de los permanentes contactos de España y de la UE, reconozca
la aduana comercial que necesariamente debe suponer el
Tarajal, tanto para los intereses marroquíes como para los
españoles.
Un país como Marruecos que tanto busca aproximarse a la
renta per cápita europea debería: uno, contar con políticas
reales y con gestos definidos hacia España y Europa que
logren confianza plena y dos, legalizar una situación
admitida de hecho pero no reconocida en derecho, cual es la
situación aduanera existente en el Tarajal. Un motivo éste
por el que, además, no sería desafortunado que Ceuta entrara
en la Unión Aduanera Europea con todas las de la ley.
Probablemente nos iría mejor. La excepcionalidad de nuestra
ciudad respecto de la UE no parece procurar mayores avances.
El vial como el proyectado, y a punto de ejecutarse, sí y
con mayúsculas, pero también un sí rotundo, si la
construcción de éste significa potenciar y avanzar en los
sentidos antes reflejado. Lo demás sólo será fuego de
artificio, sin más.
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